Relato "Pétalos de vida" de Jane Reyals, Especial La Bella y la Bestia

sábado, 18 de marzo de 2017




Hola! La entrada de hoy es un relato creado por Jane Reyals. Vas a ver multitud de relatos relacionados con el cuento por los blogs que participamos en este estupendo especial, no te pierdas ni uno!! Y recuerda, en los formularios de los sorteos tienes más puntos si comentas las entradas y copias el link ;)

Aquí tienes Pétalos de vida

Ya llega el invierno y los pájaros se refugian en los nidos dando calor a sus polluelos. También yo añoro los brazos de mi padre, pero ya no están. Fue mi elección, soy consciente de ello, pero nunca pensé que doliera tanto, tanto como las zarpas de mi bestia desgarrándome el alma pedazo a pedazo.

Duerme, encerrando su rostro en la curvatura de mi cuello, cosquilleando mi piel con el vaho que exhala. Me muerdo el labio y alargo la mano para acariciar el vello de su cuello. Gruñe de placer en sueños, pero no despierta. Contengo el aliento y enredo mis dedos en la cadena que rodea su cuello y tiro con fuerza.

- Bella, ¿eres tú?

- Sí, pero duerme mi amor, lo necesitas.

No necesito decir más. Sus ojos se cierran a la par que sus brazos se aferran más a mi cuerpo. Dejo que Morfeo lo consuma hasta la más profunda de las perdiciones y me deshago de su amarre. No soporto sentir el roce de su piel sobre la mía. Es repulsivo, es enfermizo. Miro la cadena que se enreda en mi mano, como raíces de rosales, y sonrío. Muy apropiado…

Camino hacia la puerta, evitando el tintineo de la llave al balancearse en la impoluta cadena de la que cuelga, y tras salir cierro en silencio. Es mi única oportunidad de poder cobijarme en esos brazos que tanto necesito, esos que la codicia me arrebató.
El chirriar de la madera al ser acariciada por mis desnudos pies me pone en alerta. No quiero despertar al personal, no deseo ser descubierta, pero el destino es traicionero y el capataz aparece con un candelabro en mano y una mirada perspicaz.
- ¿Ocurre algo señorita?
- No, señor Lumiere. Usted no se preocupe y vuelva a la cama. No puedo dormir y daré una vuelta por el lugar.
- Como desee. Si no me necesita volveré con Fi..Fiona a la cama.
- Que así sea.
Como si de una sombra se tratara, el capataz desaparece dejándome acompañada únicamente por el silencio. Me acerco a la puerta prohibida, esa que con tanto ahínco me prohíben entrar, pero sé lo que hay tras ella y haré lo que sea para traspasar las barreras que me separan de mi objetivo.
Introduzco la llave en la cerradura y giro el pomo con sigilo. No deseo ser descubierta, más ahora que estoy tan cerca de lograr lo que tanto tiempo llevo esperando conseguir. Penetro en la oscuridad para descubrir un camino hecho con pétalos de rosas. Sonrío con pesar y me encargo de ir recogiendo los pétalos mientras sigo la ruta que me impone la flor que representa a aquel que tiene su destino atado al mío.
Los pasillos laberínticos son infinitos y con cada campanada, un pétalo me saluda, dándome a entender que el tiempo apremia y que no volveré a tener esta oportunidad.
Ya tengo once pétalos cuando llego al final del camino, uno más para lograr mi objetivo. Casi puedo paladear la victoria cuando el sonido de un Din Don procedente del reloj de mano del carcelero me informan de que son las doce. Sobre el reloj el último pétalo de rosa, el último paso antes de lograr mi sino y poder hallar lo que con tanto ahínco persigo.
Lo oigo tragar saliva dormido, masticar el aire como si buscara nutrirse con algún inexistente alimento. Mi cuerpo se tensa y paso con sumo silencio por su lado mientras el rollizo hombre hace resbalar un hilo de saliva por su mejilla.  
Cada vez más cerca, casi puedo tocar la sensación de paz y de felicidad. Solo queda un paso más.
Mi mirada se desvía hacia la puerta de madera y la acaricio despacio, astillándome las entrañas mientras cierro los ojos, agudizando el oído para escuchar la respiración del que hace que mi corazón bombee con fuerza. Me arrodillo y coloco los pétalos en el suelo antes de soplar, colándolos bajo la rendija de la puerta, acercándolos a su dueño.
Me acerco al carcelero y, tras robar su manojo de llaves, abro lentamente la puerta que me separa del morador de mi alma. Todo está sumido en una oscuridad infernal, unida a un silencio sepulcral que lo envuelve todo. Cierro tras entrar en busca de una privacidad que solo interrumpe el frío glacial en una noche de invierno. Una sombra se cierne a mi espalda, puedo sentir la calidez que desprende mientras su cuerpo me encierra contra la fría madera. Sonrío al sentir sus labios recorriendo mi cuello despacio, acariciando con su aliento cada poro de mi piel, tocando mi alma con cada uno de sus roces.
Sus manos marcan mi piel a fuego, resiguiendo la curva de mi espalda hasta llegar a mis hombros y bajar por mi brazo y descansar su mano sobre la mía, depositando ahí los pétalos de rosa.
- Y así fue como la princesa liberó a la bestia – pronuncia sobre mi oído con su ronca voz.
- Qué princesa más inconsciente – contesto en un susurro.
- ¿Dónde está él?
- Gastón duerme plácidamente en nuestra cama.
- No volverá a haber un vuestra. Tú eres mía, siempre lo has sido.
- No quiero volver a fingir para no separarme de ti.
- No deberás a hacerlo más. Huyamos.
Me gira sobre sus brazos y pega sus labios sobre los míos, suaves y carnosos, esponjosos y dulces. Míos. La que antaño había sido mi bestia salvaje, la que buscaba poseerme en cada esquina y atraparme cual ratón enjaulado, era ahora un romántico empedernido, deseoso de compartir su vida, ahora humana, al lado de alguien que lo hiciera feliz.
- ¿Dónde quieres que te lleve? – me pregunta.
- Llévame al fin del mundo.
- Voy a llevarte allí.
- ¿Estás seguro? Yo creo que vas a ir al infierno – se abre la puerta y el hombre con el que minutos antes compartía lecho dispara una bala directa al corazón de mi bestia. Solo puedo girarme un segundo para que mi retina grabe para siempre, en un destello fugaz, al hombre por el que, pese a la muerte, seguirá latiendo mi corazón. Me coloco entre él y la bala para que él viva por los dos todo el amor que nos sentimos, y cierro los ojos con una sonrisa en los labios sabedora de que yo sí logré alcanzar lo que muchos no pueden: la felicidad al encontrar al amor verdadero.
- Bella, despierta, otra vez te has quedado dormida leyendo esas novelas empalagosas – oigo la voz de mi padre en la lejanía.
Abro los ojos y me encuentro tumbada en la cama con un libro bajo el rostro, libro que me ha dejado marca en la piel, pero también en el corazón.
- Ya voy papá – digo quejándome.
Al querer retirar el libro noto mi puño cerrado y mi sorpresa es máxima cuando al abrirlo descubro los doce pétalos de rosa que me han dado vida y esperanza. Cada uno de ellos lleva grabado un mensaje, el cual ordeno con detenimiento.
Te esperaré siempre en los sueños, mi Bella. Por siempre, tu Bestia.

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¿Qué te ha parecido? A mí me ha encantado!! Gracias a la autora por crear esta escena tan tierna :)

23 comentarios:

  1. Estoy disfrutando muchísimo de todos estos relatos!!!

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  2. Ohhhhh justo hoy voy a ver lq película con mi sobrina 😊

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  3. Muy muy bonito me ha gustado mucho. A ver que tal los demás 😋

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  4. Precioso relato!!! Voy a cotillear a ver si los demás me gustan tanto como éste!!! ☺️☺️☺️

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  5. Hola, no conocia esta iniciativa y este relato es precioso.

    Un beso

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  6. Mil gracias por la oportunidad de formar parte de este maravilloso proyecto y me alegra inmensamente que podáis disfrutar de mi mundo particular de Bella y Bestia. La belleza esta en el interior de aquellos que saben leer con el corazón. Os mando mil besos.
    Jane Reyals

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  7. ¡Hola!

    Me ha gustado muchísimo este pequeño fragmento escrito por Jane Reyals, se me ha erizado la piel y me ha emocionado al leer algo tan sumamente perfecto. Adoro La Bella y La Bestia pero este relato me ha permitido descubrir nuevas formas de contar la historia. Voy a pasarme por los demás porque me he quedado con ganas de más.

    ¡Besos!😘

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    1. Muchisimas gracias Alicia, me alegra que hayas sentido la historia recorrer tu piel. Tus palabras han sido muy hermosas y me ha emocionado saber que el relato ha cumplido lo que pretendía, llegar al corazón. Te mando mil besos cielo.
      Jane Reyals

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  8. Que bonito, me ha encantado <3
    ¡Un beso! :***

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    1. Muchísimas gracias Noemi. Eres un cielo. Te mando muchos besos.
      Jane Reyals.

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  9. hola!!!!
    Ay por favorrrrr!!!!!!!!!!!!! Me encanta!!! Ese final…sueño…o no….con los personajes de este mítico cuento(el principio del diálogo me hizo recordar a Crepúsculo)…pero quien era con la q estaba amarrada….con Gastón…¡¡¡argh!!! Jejejejeje
    Me encanta, me encanta!!!
    No sabía que tu y varios blogs tenéis unos especiales días dedicados a este romance…
    Voy a investigar….
    Bssss

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    1. Muchas gracias cariño. Sí, es que el cuento no siempre es tan hermoso como lo pintan y cuando la pluma se une a la imaginación pueden crearse mil mundos. Me alegra que te gustara cielito. Te mando un beso enorme.
      Jane Reyals

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  10. ¡Hola, guapa!
    La verdad es que es muy bonito el relato, un poco desconcertante al principio, he de admitirlo jaja
    Estos autores/as están creando magia con los relatos. Me encantan <3
    Un besote ;)

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