sábado, 30 de diciembre de 2017

Cinco minutos antes de la cuenta atrás

Quedan solo unas horas para que despidamos este año 2017. Han sido unos 365 días cargados de buenas lecturas, entre ellas la historia de Jack y Rose. Aquí os dejo un relato que tan generosamente Laura Maqueda me ha cedido para publicarlo en mi rinconcito de este mundo virtual sobre sus personajes de Érase otra vez en Londres.


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Ya has visto en los post de estos días que la historia de Jack y Rose fue muy especial, más aún que la de Julian y Miriam y es que la historia de estos dos jóvenes, que lo tienen todo para ser felicies, tiene que pasar por unos momentos difíciles que les ponen a prueba. Y no solo en su historia, también en fin de año!! Lee, lee y enamórate de esta familia ;) y luego me cuentas qué te ha parecido.

Antes de comenzar tienes que poner la canción de Mecano porque desde que has leído el título la estás tarareando, ¿a que sí? jeje

¡Feliz Año 2018!


—Vamos, no me jodas. —farfulló Jack mientras miraba por décima vez el panel que anunciaba que su vuelo había sido cancelado—. Debe tratarse de una puta broma.
—¿Disculpe, señor?
La auxiliar de tierra de la compañía Aer Lingus lo observaba con espanto al otro lado del mostrador. Acababan de confirmarle que ningún avión despegaría del aeropuerto JFK de Nueva York hasta que la tormenta que asolaba la ciudad hubiera, al menos, amainado.
Aquello no podía estar pasándole, no durante el último día del año.
Se suponía que él y su hermana Natalie deberían estar volando hacia Inglaterra en aquel preciso momento; en cambio Jack, junto a un centenar de clientes insatisfechos, estaban presentando sus quejas al personal de la aerolínea por haberlos dejado colgados en Nochevieja. ¡Él no podía quedarse en Nueva York! No cuando su chica y su familia lo esperaban para celebrar juntos el nuevo año. ¡En menudo lío se había metido! Y todo por hacerle caso a Natalie…
Al abrirse paso entre la multitud, Jack pudo ver a su hermana al otro lado del pasillo, rodeada de todas las maletas que no habían llegado a facturar. Sintió que unos instintos asesinos lo asaltaban al pensar que si estaban así, era por culpa de ella. Natalie había pasado la Navidad junto a su mejor amiga y la familia de ésta en Vermont. Jack había comprendido sus razones, pues dado que estaba a punto de trasladarse a vivir a Inglaterra, era normal que la chica quisiera despedirse de sus seres queridos. Jack había accedido sin rechistar, a condición de que Natalie aceptara su ayuda para empacar sus pertenencias. Después de eso, viajarían juntos a Londres.
Todo estaba planeado al milímetro e incluso habían reservado con antelación los billetes para evitar las aglomeraciones de última hora. Siguiendo la sugerencia de Natalie, Jack accedió a desplazarse hasta Nueva York porque, siendo realista, los pasajes para viajar a Europa eran mucho más baratos si volaban desde Manhattan. Ahora, al ver el panorama en el que se encontraban, se arrepentía de no haber seguido sus instintos.
Desde la pasada noche, una fría ventisca arrasaba la ciudad acompañada de unas ocasionales nevadas y una más que incómoda niebla. Dadas las condiciones atmosféricas, resultaba del todo imposible que despegara ningún avión.
—¿Qué te han dicho? —preguntó Natalie cuando Jack se reunió con ella.
Natalie se había sentado a horcajadas sobre una de las enormes maletas de ruedas que llevaba. Después de recorrerse de punta a punta la terminal ocho del aeropuerto, cargando con todo el equipaje mientras su hermano hacía cola para informarse sobre su vuelo, Natalie sentía los pies entumecidos y las piernas acalambradas. No veía la hora de llegar a Londres, acurrucarse en el confortable sofá de Miriam y Julian y relajarse frente al fuego con una humeante taza de chocolate entre las manos.
Sin embargo, sus anhelos cayeron en saco roto al escuchar la respuesta de su hermano.
—Nunca. —masculló Jack, dejándose caer en el suelo, a su lado—. No nos vamos.
Natalie arqueó una de sus morenas cejas al tiempo que se ajustaba el gorro de lana con el que se protegía del frío.
—¿Cómo que no nos vamos? —indagó—. ¿Quieres decir que vamos con retraso? Porque puedo esperar. Además, tengo hambre y he visto que un tío guapísimo entraba en esa cafetería. Creo que voy a acercarme para hacer tiempo, darle mi teléfono y…
—Para el carro, Nat. —la interrumpió su hermano, visiblemente molesto—. Cuando digo que no nos vamos, quiero decir exactamente eso. ¡Nuestros planes se han ido a la mierda! No habrá fin de año en Inglaterra.
A Jack no le pasó inadvertido el puchero decepcionado que formaron los labios de su hermana.
—Pero, ¿por qué?
Resoplando, se armó de paciencia para contarle a Natalie las razones por las que tendrían que quedarse en tierra. Los ojos de la chica brillaron de desilusión, por lo que Jack se arrepintió de inmediato por haberla culpado de su mala suerte.
—Tengo que enviarle un mensaje a Rose. —murmuró, tecleando en la pantalla de su teléfono móvil—. Por Dios, su padre va a matarme.
—No es culpa tuya, Jack. —le hizo ver su hermana, colocándole una mano en el hombro en un reconfortante gesto.
—Pero nos esperaban esta noche. —dijo al fin—. No puedo creer que le haya fallado de nuevo a Rose.
Natalie recordó entonces cómo Jack y su chica habían pasado por un bache unos meses atrás. Hacía poco que había descubierto que tenía una hermana y además, el tipo que le había dado la vida y lo había maltratado durante su infancia acababa de morir. Jack no quiso involucrar a Rose en un pasado lleno de dolor y sufrimiento, por lo que se marchó a Estados Unidos sin decirle una palabra. Sabía que le había hecho daño y aún se recriminaba a sí mismo por ello; ahora, en cambio, no quería ni pensar en la posibilidad de no estar con Rose cuando el reloj diera la medianoche.
Una sucesión de planes alternativos pasaron por su cabeza a toda velocidad. Tal vez, si se daban prisa, podrían volver a Vermont y tomar un avión con rumbo a Inglaterra en el aeropuerto más cercano. Puede que aún quedaran pasajes y… Ni siquiera así llegarían a tiempo, se dijo Jack. No con la diferencia horaria. A esas alturas, Rose y su familia estarían esperándolos con impaciencia para comenzar las celebraciones.
Se sentía tan miserable que incluso empezó a sentir un incómodo zumbido en su oído malo, aquel por el que no oía ni un solo sonido.
Al reparar en la mueca de malestar que apareció en el rostro de su hermano, Natalie se preocupó por él.
—¿Te encuentras bien, Jack?
Él asintió con la cabeza. En la pantalla de su móvil pudo leer el mensaje que Rose le había enviado, preguntándole si realmente no iba a estar con ella esa noche. Antes de que tuviera tiempo de teclear una respuesta, su teléfono comenzó a sonar.
—No te muevas de aquí, ¿de acuerdo? —le advirtió a su hermana—. Ahora vuelvo.
Acercándose hacia una zona un poco más apartada, Jack contestó la llamada.
—Jack —le llegó la voz de Rose en un suspiro al otro lado—. ¿Qué ha pasado?
Él respiró hondo; le dolía en el alma no encontrarse allí, a su lado.
—Lo siento, nena. —murmuró—. Lo siento muchísimo. Todo se ha ido a la mierda. No hay vuelos y esto es una puta locura. Te prometí que pasaría contigo la última noche del año y no podré hacerlo.
—No es tu culpa, Jack. En serio. —le aseguró ella, a pesar de que Jack podía notar la tristeza con la que hablaba—. Sé que has hecho todo lo posible por estar aquí. Es solo que te echaré mucho de menos esta noche.
Abatido, Jack apoyó la frente sobre la fría pared de cristal. La fría superficie se empañó cuando exhaló su aliento sobre ella.
—Y yo a ti, nena. De verdad que siento no haber cumplido mi promesa.
A pesar de las dificultades para oír que tenía y de que se había olvidado— otra vez— de cambiarle las pilas a su audífono, Jack escuchó su risita al otro lado.
—Ya tienes una razón para compensarme cuando vuelvas.
Así era su chica, pensó Jack. La mujer más maravillosa y comprensiva del mundo.
—Créeme, se me están ocurriendo un montón de formas de compensarte por esto.
Rose soltó una carcajada.
—Lo creeré cuando estés aquí. Dale un beso a Natalie de mi parte, ¿lo harás?
—Cuenta con ello. —le aseguró—. Volveré pronto.
—Más te vale. Te quiero, Jack. Feliz año.
Cuando Rose colgó, Jack sintió que el corazón se le partía un poquito. Eran las primeras Navidades que pasaban juntos y él se perdería la mitad de ellas.
—¿Se ha enfadado mucho Rose cuando le has dicho que estamos tirados en el aeropuerto?— le preguntó su hermana cuando volvió a su lado.
Jack se sentó a su lado, utilizando una de las maletas como reposapiés. Tras relatarle a Natalie su conversación con Rose, Jack se sintió rendido.
—¡Tengo una idea! —exclamó de repente su hermana, visiblemente entusiasmada—. ¿Y si vamos a ver la caída de la bola en Times Square?
Jack puso los ojos en blanco al escucharla.
—¿Estás de coña? Nat, es imposible ir por allí a menos que desees que una estruendosa multitud te aplaste.
—Vamos, Jack. ¡No seas aguafiestas! —emocionada, Natalie se puso de pie en un salto—. Buscamos un sitio donde dejar las maletas y pasar la noche y después tú y yo vamos a aprovechar que estamos en Nueva York para celebrar la entrada del año.
—En serio, no me apetece.
—¡No seas protestón! Sé que te sientes fatal por no poder estar con Rose pero ya no hay remedio, Jack. ¿Pretendes que nos pasemos la noche lloriqueando por las esquinas y lamentándonos por no estar cantando el «Dios salve a la Reina»?
No supo cómo, pero al final acabó permitiendo que su hermana lo arrastrara por medio Manhattan hasta la mítica Times Square, donde centenares de personas esperaban impacientes a que llegara la noche.
—Sabes que nos quedan unas diez horas hasta que empiece el espectáculo, ¿verdad?
Exaltada, Natalie se puso a dar saltitos junto a él.
—¡No me importa! ¡Fíjate donde estamos, Jack! Hasta puede que salgamos en la tele.
En lo único en lo que Jack podía pensar era en que ya no nevaba, que el viento había amainado y que era probable que abrieran las pistas del aeropuerto en cualquier momento. Y él estaba allí, con su joven y animada hermana, mientras su chica se encontraba en otro país y un montón de desconocidos se arremolinaban a su alrededor para hacerse con un sitio en primera fila, cerca del escenario.
Hacía un frío de mil demonios pero rodeado de tanta gente era fácil que las mejillas se le colorearan de un cálido color rojo. Natalie lo obligó a que le comprara un par de perritos calientes y también algodón de azúcar para amenizar la espera; Jack no supo cómo fue capaz de sortear aquel mar de cabezas excitadas ante la idea de pasar un fin de año de película.
A medida que pasaba el tiempo, Jack intentó ponerse en contacto con Rose en varias ocasiones. Su chica, en cambio, no le había devuelto ninguna de las llamadas así como tampoco respondió a los mensajes. Era como si Rose tuviera el teléfono apagado. Ya que no estarían juntos, Jack lo único que quería era enviarle un romántico mensaje cuando la bola cayera. Puede que lo suyo hubiera sido muy precipitado; a fin de cuentas, tan solo hacía un año escaso desde que se vieron por primera vez. Pero había sido todo tan intenso… Él la amaba más de lo que nunca había amado a nadie. Rose era su ancla, su pareja, su amiga, la chica que le hacía sonreír y que le había ofrecido una familia. ¡Si hasta se habían casado en Las Vegas! No legalmente, al menos por ahora. Aunque pudiera parecer una locura lo cierto era que desde hacía unos meses, Jack no había dejado de pensar en la idea de declararse y proponerle matrimonio. Sabía que corría el riesgo de que Rose lo rechazara e incluso de que su padre se opusiera a la boda. Pero también sabía que debía intentarlo. Decidió que, a su regreso a Inglaterra, le pediría a Rose que se casara con él.
—¡Cuidado con la cabeza, Jack! —gritó Natalie cuando una enorme pelota de plástico pasó justo por encima de él.
Su hermana estaba disfrutando como una niña pequeña y él se sentía culpable por no estar haciendo nada por conseguir que aquella noche fuera cuanto menos, divertida para ella.
Llegado el momento en el que comenzaron las actuaciones, Jack agradeció su sordera. El estruendo era máximo, los gritos se sucedían cuando diversos cantantes famosos se subieron al escenario. A su lado, una pareja se fundió en un apasionado beso mientras Jon Bon Jovi entonaba un villancico. Una vez más, su mente y su corazón volaron hacia Rose. Sacando su móvil del interior del bolsillo de los vaqueros, Jack comprobó que seguía sin recibir respuesta de su chica.
—¿Estáis listos? —gritó el maestro de ceremonias—. ¿Estáis preparados? La cuenta atrás está a punto de comenzar pero antes quería daros una sorpresa de última hora. Un caballero mundialmente querido e increíblemente atractivo ha querido celebrar con nosotros la última noche del año. ¿Queréis saber de quién se trata?
A su lado, Natalie coreó junto al resto del público, excitados como estaban por conocer la identidad de la persona que pulsaría el botón para que la enorme bola brillante comenzara su descenso.
Los ojos verdes de Jack se abrieron como platos cuando su suegro, Julian Cole, apareció en el escenario. La multitud gritó entusiasmada; Natalie no perdió el tiempo, colgándose a su cuello sin creerse lo que veía.
—¡Es alucinante! ¡Jack! —exclamó, feliz—. ¡Y sigue estando buenísimo!
Jack se preguntaba qué hacía allí el padre de Rose. ¿No se suponía que debía estar en Londres con su familia? Sin darle tiempo a pronunciar una sola palabra, Julian comenzó a hablar.
—Gracias. Muchísimas gracias a todos. —impecablemente vestido con un esmoquin y una pajarita negros, Julian se metió la mano derecha en el bolsillo del abrigo mientras sostenía el micrófono con la otra—. Antes de empezar me gustaría pediros un favor. ¿Qué me decís? ¿Podéis ayudarme?
El público no tardó en gritar afirmativamente.
—Veréis, estoy buscando a un joven fotógrafo. —continuó Julian—. Un chico brillante que no ha podido volver a casa por Navidad. ¿Alguno de vosotros conoce a Jack Mason?
Sin dar crédito a lo que su oído oía y sus ojos veían, Jack se quedó paralizado.
—¡No seas imbécil! —lo empujó su hermana—. ¡Ha venido a buscarte, Jack!
Sin ser consciente de sus movimientos, Jack se vio a sí mismo caminando entre la multitud mientras un potente foco lo iluminaba directamente, cegándolo a cada paso que daba.
—Justo a tiempo, Mason. —le dijo su suegro cuando al fin estuvo en el escenario y pudo estrecharle la mano—. Hay alguien que espera verte.
Cuando Julian se hizo a un lazo, Jack pudo ver a Rose, preciosa, sonrojada, caminando hacia él. El público chilló enloquecido cuando la chica se arrojó a sus brazos.
—¿Qué haces aquí?— preguntó, asombrado.
Sintió los labios de Rose buscándole su oído bueno. Rose le acarició la oreja con ellos antes de decir:
—No podía pasar esta noche sin ti.
Apartándose para poder verla, Jack apenas si fue capaz de preguntar.
—Pero… ¿cómo? El aeropuerto está cerrado.
—El de Boston no. —le dijo ella con una sonrisa—. A veces tiene sus ventajas eso de que mi padre sea sir de la Corona británica. —bromeó—. Cuando le dije que no podías venir a casa, movió sus hilos, nos buscó un vuelo y… ¡Aquí estamos!
Él la estrechó más fuerza entre sus brazos.
—Gracias. —susurró—. Puede parecer una tontería, pero no soportaba pasar esta noche sin ti.
Ella le enterró los dedos en el pelo, entregándose aún más al abrazo.
—Nunca más estarás solo.
Nada más existía; ni las cámaras, ni los miles de ojos que los observaban. Tan solo estaban ellos. Cuando Jack la miró a los ojos, con tanta intensidad que Rose sintió cierta alarma, él lo tuvo claro.
Aquel era el momento.
El tiempo se detuvo y los gritos de felicidad fueron en aumento cuando Jack se arrodilló ante ella.
—Rose Cole —anunció, sosteniéndole las manos entre las suyas—. Sé que es probable que no sea el mejor momento, que puede que me esté precipitando y todo esto sea una locura. Pero estoy completa, absoluta y totalmente entregado a ti. No me imagino pasar la vida al lado de otra persona que no seas tú. Ahora, delante de toda esta gente y con toda la humildad del mundo, te pregunto: ¿quieres casarte conmigo?
Lo que Rose no sabía era que estaba preciosa incluso cuando lloraba, pensó Jack. Allí, de rodillas delante de ella y con el corazón en la mano para ofrecérselo, Jack supo que no le importaba la respuesta que Rose le diera. Lo único que quería era que ella le permitiera pasar el resto de la vida a su lado.
—¡Claro que quiero! —gritó ella, lanzándose a sus brazos.
No fueron conscientes del gruñido malhumorado que lanzó Julian al contemplar la escena, ni de la algarabía que se formaba a su alrededor, ni tampoco del momento en que la bola comenzó a bajar hasta que oyeron al presentador comenzar la cuenta atrás.
—Tres, dos, uno… ¡¡Feliz año nuevo!!
Los primeros segundos del nuevo año fueron testigos de cómo Jack y Rose se besaban con pasión, estrenando su nuevo compromiso.
—Feliz año, Jack.
Él le acunó las mejillas y la besó en la nariz.
—Feliz año, futura señora Mason.


viernes, 29 de diciembre de 2017

Mis mejores lecturas, Otoño 2017




































Llego al final del repaso lecturil de este año con los mejores del otoño, octubre, noviembre y diciembre. De nuevo, algunas lecturas las he hecho en digital y merecen una mención, por ejemplo, Si solo fuera un cuento de hadas de Victoria Vílchez, El sonido de tu mirada de Inma Cerezo y Prohibido enamorarse de Elle Kennedy. 

¿Comenzamos?

Bajo los cielos de zafiro, Belinda Alexandra: conocí a esta autora hace ya unos años y me maravillan sus historias de sagas familiares, en este caso dos historias que acaban unidas de la manera más inesperada. Rusia en la Segunda Guerra Mundial y en la actualidad. Hay que leerla.

Cariño, cuánto te odio, Sally Thorne: una de las comedias del año. Una joya! Hay mucho tira y afloja entre los protagonistas, diálogos rápidos y una historia muy bonita detrás. Para recomendarlo siempre.

Espérame en Nueva York, Caroline March: una de mis últimas lecturas, a pesar de que lo tengo esperando desde hace mucho, no ha podido ser mejor. Emocionante hasta las lágrimas, Nueva York, personajes entrañables, es una de esas historias que se va a quedar contigo siempre. No la dejes pasar!

Desafiando las normas, María Martínez: sí, lo sé, me he confundido y en la foto aparece Cruzando los límites, jeje, que también me encantó pero no es de este año. Quería hablar del cierre, de Desafiando, la historia de Spencer que me ha parecido de quitarse el sombrero!. Auténtica, real y esperanzadora. Esta trilogía es para enmarcarla.

La probabilidad del unicornio, Elena Castillo Castro: segundo libro de la autora y una historia especial y única porque así son sus protagonistas, sobre todo Ben. Un new adult que te hará pasar unas horas emocionantes. En 2018 la autora publica nueva novela y la portada es preciosa!

Tu maldita sonrisa, Cherry Chic: Álex se ha colado en el ránking por méritos propios porque menuda historia tiene! Me ha encantado cómo sus hermanas aparecen en la historia y el guiño a la familia Acosta. El final te pone la carne de gallina de lo bonito que es. Amelia, te estamos esperando!

Turbulencias, Whitney G.: de nuevo esta autora porque hemos tenido la suerte de contar con dos títulos en español este año. Creo que Jake ha superado un poquito a Andrew porque la estructura de esta novela engancha mucho, además de los personajes, que son marca de la casa ;)

El día que dejó de nevar en Alaska, Alice Kellen: a-lu-ci-nan-te!!! Una historia que tienes que leer del tirón porque no puedes parar. Personajes complejos, secretos y Caos. Un imprescindible desde ahora y para siempre.

Nuestros mejores momentos, Audrey Ferrer: me encantó el planteamiento y cómo va desarrollándose, cómo interactúan los personajes y sobre todo, la prosa de la autora. Anótalo!

Tal vez mañana, Colleen Hoover: será la primera reseña de 2018 porque quería empezar con una historia 5 estrellas. Me encantó de principio a fin, con esa banda sonora original y con Ridge, pedazo de protagonista!!

Y hasta aquí mis mejores lecturas de 2017. A lo mejor he hecho un poco de trampa, jeje, pero de verdad que los libros que he leído este año han sido muy buenos y no podía elegir solo unos cuantos. Espero que el año que entra sea igual o mejor.

Para celebrar este año tan estupendo mañana habrá una sorpresita en forma de relato, te espero!!

jueves, 28 de diciembre de 2017

Mis mejores lecturas, Verano 2017


Ya estoy a mitad del año y con el verano y las vacaciones leí muchísimo, algunas en digital, por lo que no las he podido poner en la foto, pero me quedaría con Patria de Fernando Aranburu, una historia sobrecogedora, muy dinámica e imprescindible y con Una corte de niebla y furia de Sarah J. Maas, que a falta de leer el desenlace creo que este segundo libro va a ser mi favorito de la trilogía.

Voy ya con los títulos de la foto que leí en julio, agosto y septiembre:

Pregúntame si me importas, Alejandra Beneyto: esta bilogía es una joya. Una historia romántica contemporánea en Nueva York que arranca de una forma que ya te engancha y solo quieres saber cómo llegaron hasta ahí y cómo van a acabar. Olivia y Will atrapan!

Y que te quedes, Cherry Chic: leí el libro de Julieta, A la de tres: ¡te quiero! y después éste, la historia de Esme y tengo que decir que "tempanito" estaría un poquito por encima, aunque sin duda toda la panda de Sin Mar son alucinantes. Estos libros lo tienen todo: humor, profundidad, mucha pasión y sin darte cuenta te bebes las cuatrocientas páginas de cada libro.

Soundtrack, Elena Castillo Castro: fue lo primero que leí de la autora y quedé enamorada. Una historia tan tierna y bonita, con su dosis de drama que no me vi venir para nada y que me dejó en shock... Muy fan desde entonces.

El silencio bajo el agua, Brittainy C. Cherry: esta historia es tremendamente achuchable. ¿Cómo puede ser tan preciosísima y tener unos personajes tan únicos y geniales y hacerte llorar y reír y tenerte en vilo hasta el final? Pues creo que es porque la autora es impresionante creando este tipo de historias. Junto con El aire que respiro, de momento, son mis preferidas. 

El protector, Jodi Ellen Malpas: ya estoy viendo las manos a la cabeza que se echarán algunas, sobre todo mis compis del Club de Lectura de Novela Romántica de Madrid, jejeje, pero es que a mí me entretuvo, tuvo giros inesperados y la relación entre los protagonsitas me gustó. Así que, para lo primero que leo de la autora, yo sí lo recomiendo ^^

La chica que dejaste atrás, Jojo Moyes: me encantó la portada y la historia la superó. Los dos tiempos empleados, cómo se intrincan ambas y cómo se resuelven ambos, perfecto.

Bright Side, Kim Holden: este libro es otro de los grandes dramas del año. Lo leí en un solo día porque era incapaz de parar y eso que durante buena parte del libro lloré y mucho, pero es que esta historia tiene algo que te hace querer a los personajes y esperar la historia de Gus!! Kate y Keller estaban destinados a encontrarse y de ahí surge una de las historias del año. 

Perfect, Alison G. Bailey: también con su buena dosis de drama y una portada de lo más dulce, la historia de Amanda y Noah es complicada y muy bonita. Creo que está muy bien reflejada la personalidad de ella y él es puro amor. Yo la recomiendo mucho.

Viajando hacia mi destino, Abril Camnio: la primera parte de una bilogía que te lleva de gira por Europa en el verano decisivo para Diego y Lucía. En este caso, él me ha maravillado en ambos libros; aún siendo más joven es mucho más maduro y valiente. Merece mucho la pena esta historia. 

Todas las bodas necesitan un plan B, Rebeca Rus: por fin pude leer este libro que llevaba meses en mis estanterías y es uno de los libros más divertidos que he leído nunca. Una comedia a la española donde cada situación cómica se suma a la anterior y las lágrimas se saltan pero de pura risa!! Imprescindible.

Tal vez tú, Alice Kellen: si aún no sabes porqué #jackdeberíaserilegal ya sabes, éste es tu libro. Divertido y sexy a parte iguales!!

A contrarreloj, Laura Esparza: y ésta es la otra comedia del año para mí. Curiosamente también hay una boda de por medio con todas las situaciones que pueden complicarse que eso trae consigo y con el mundo de los representantes deportivos también representado aquí es apuesta seguro para pasar unas horas de risas.

Hasta aquí dio de sí el verano en cuanto a lecturas favoritas, ¿cuáles fueron las tuyas? Cuéntame!

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Mis mejores lecturas, Primavera 2017


Continúo con el repaso a los mejores libros de este año para mí, hoy con los meses de abril, mayo y junio, vamos, la primavera! Hay un poco de todo: drama, erótica, románticas contemporáneas, new adult... Te cuento un poco más y ya sabes, si pinchas el título del libro te lleva a la reseña. Tengo que confesar que algunos de mis fanarts favoritos son de alguno de estos libros ^^

Contigo en el mundo, Sara Ballarín: tenía unas ganas locas de leer algo más de la autora desde su anterior libro y la historia de Vega y Mario es genial. Me encantó la personalidad de ella y las decisiones que va tomando.

El verano que aprendimos a volar, Silvia Sancho: ha sido llegar y triunfar porque esta historia fresca, divertida y con un punto canalla y con una dinámica entre Asier y Lara que te hará pasar unas horas de enganche total. 

A un latido de ti, Mónica Maier: una de las historias más íntimas que he leído este año. Es una bilogía pero esta primera parte es perfecta en sí misma. Sobre todo destaco la forma que tiene la autora de escribir, preciosa. No te la pierdas!

Caótica Jimena, Andrea Longarela (Neïra): ¿qué te dije ayer? Las historias de Neïra son apuesta segurísima. Con Jimena creo que se superó porque te deja con lágrimas en los ojos y sonrisas a la vez. Tienes que leerla.

Hasta que el viento te devuelva la sonrisa, Alexandra Roma: ha sido uno de los grandes dramas del año. Sam, Sebastian y April son unos personajes complejos que crean una trama impresionante de amor, risas y llantos. El final de cada parte es de infarto absoluto y cuando llegas a la parte sobre el porqué del título te remata. De diez.

El último baile, Marisa Sicilia: la vida de Lilian es una evolución constante y ver cómo a lo largo de los años su vida cambia, bien por decisiones que ella toma en ocasiones o por que se deja llevar en otras es tremendo. Podría decirse que tiene una parte de histórica y la ambientación es exquisita.

La Partitura, Anna Casanovas: el personaje de Adam fue toda una sorpresa, pero no así la forma tan delicada de la autora que tiene de contar las historias porque es marca de la casa y es siempre recomendable. Además, aquí hay un narrador inesperado, la propia Partitura, que le da un plus a la historia de Adam y Charlotte.

Tan solo un segundo, Virginia S. McKenzie: fue comenzar a leerlo y no poder parar porque las primeras páginas ya te dejan con la boca abierta y el corazón en un puño. Mezcla perfecta entre el humor de Misha cuando conoce a Hannah, la confianza, la pasión por el patinaje, la superación, la amistad y un final perfecto.

Antes de conocerme, Saray García: me enamoré absolutamente de esta bilogía. Aquí he puesto el primero pero ambos están genial. Intensidad y pasión en estado puro con una manera de contar la historia que te atrapa y te conquista. Tienes que leerla si aún no lo has hecho y rezar para que la autora nos traiga algo nuevo pronto!

Una noche y nada más, Whitney G: desde que leí este libro quedé maravillada con cómo cuenta las historias esta autora y sobre todo con sus personajes masculinos, sus historias y cómo son en la actualidad. De erótica internacional, de lo mejor.

¿Qué os han parecido mis mejores lecturas en la estación de las flores y las alergias? Jejeje. ¿Coincidimos en alguna? Cuéntame! 

martes, 26 de diciembre de 2017

Mis mejores lecturas, Invierno 2017


Hola! Cuando pensaba en hacer una recopilación de mis mejores lecturas era incapaz de elegir solo cinco o diez libros porque lo cierto es que este 2017 he leído muy buenas historias, así que se me ocurrió hacer un ránking con los mejores libros pero por estaciones!! 

Hoy le toca el turno al invierno, aquellos libros que leí allá por enero, febrero y marzo y que se llevaron cuatro o cinco estrellas, por tanto, muy recomendados ;)
Si pinchas en el título de cada uno podrás leer la reseña completa y ver los fanarts...Comenzamos!

Érase otra vez en Londres, Laura Maqueda: Jack es uno de los personajes que recordaré siempre con mucho cariño y es que esta familia mitad inglesa y mitad española tiene momentos muy divertidos, románticos y con algún que otro toque de drama, todo ello ambientado en las calles londinenses.Además, Laura me ha regalado una cosita para compartirla con vosotras para este fin de año ^^

Valiente Vera, pequeña Sara, Andrea Longarela (Neïra): en todo ránking de mejores lecturas tienen que estar las novelas de esta autora. Con esta historia sobre dos hermanas, su relación y cómo se tambalea la vida de una de ellas con la llegada de Álex pasarás unas horas inolvidables.

Los chicos del calendario #3, Candela Ríos: hace muy poquito se publicaba la quinta y última entrega pero este tercer libro es mi favorito, tanto por los chicos que participan en el concurso como por el punto en el que está Candela y su vida amorosa. Si quieres una lectura ligera con muchos giros ésta es tu serie.

La magia de ser Sofía, Elísabet Benavent: por supuesto, no podía faltar un libro de esta autora, una de mis favoritas. Aunque esta bilogía no ha sido para mí la mejor sí que la incluyo entre las mejores lecturas porque siempre sorprende, ninguna historia es igual a la anterior y el epílogo del segundo libro es antológico.

Tiempo de promesas, Elena Garquin: que se cuele un histórico entre mis favoritos tiene que darte una idea de lo que engancha esta historia. Me encantó la ambientación, tanto geográfica como cronológica y sin duda es una muy buena opción para pasar una tarde de manta y té y si ya tienes chimenea, mejor que mejor ;)

Palabras que nunca te dije, María Martínez: impresionante de principio a fin, cómo están perfilados los personajes, la Provenza y Jayden; este protagonista es perfecto pero genial, nada repelente y el giro del final es tremendísimo. Si aún no la has leído, no tardes mucho más!

La historia de Cas, Laura Sanz: a falta de conocer al último de los hermanos Landvick me quedo con Cas. Esto libro tiene un equilibrio perfecto entre humor, intensidad, crecimiento personal y aparición de los secundarios dando pie al desarrollo posterior de sus historias. Engancha 100%

23 otoños antes de ti, Alice Kellen: Harriet es el personaje femenino más dulce que he leído este año y la pareja que forma con Luke es genial. Un cambio de escenario con respecto al primero y con ganas de la historia de Jason, esta historia es puro amor.

Jane Eyre, Charlotte Brontë: un clásico y si aún no lo tienes no dudes en hacerte con esta edición de Alba minus porque la traducción es una pasada.

Si todo desapareciera, Anna Casanovas: esta trilogía ha sido muy especial, si bien Nick es mi favorito, conocer la historia de Sandy ha sido genial. Muy diferente a como me la esperaba y con la aparición de todos los personajes anteriores fue sencillamente el broche de oro. Imprescindible. 

Y hasta aquí los mejores libros del invierno. Mañana le toca el turno a la primavera! Me cuentas cuáles son tus libros favoritos de principios de año?

viernes, 22 de diciembre de 2017

Espérame en Nueva York, Caroline March

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Autora: Caroline March
Género: romántica contemporánea
Editorial: Esencia
Sinopsis:
¿Qué serías capaz de hacer si descubrieras que tu vida es una mentira y que todo lo que has logrado no tiene ningún valor? Tal vez sería el momento de escapar y empezar de nuevo. Esa es, precisamente, la decisión que toma la protagonista de esta novela, y lo hace refugiándose en la única ciudad del mundo en la que nadie la podrá encontrar: Nueva York. Allí, rodeada por la extraña y fascinante comunidad de vecinos que la acoge en Harlem, conseguirá al fin alcanzar la felicidad. Y junto a Jay descubrirá que el amor no es algo tan sencillo como ella pensaba, aunque sí mucho más apasionante, divertido y devastador. Sin embargo, ninguno de los dos protagonistas sabe que están apurando un tiempo que no les pertenece, pues el día que el cielo de Nueva York se cubre de cenizas ocres, el resto de sus vidas cambiará para siempre. ¿Podrán superar la cruel prueba que el destino les tiene preparada?

Qué historia más maravillosa y la tenía esperando en la estantería desde el día del libro, sí, no tengo perdón, pero ha llegado en el momento justo, estoy convencida. Ha sido una historia muy intensa, muy romántica, con una narración cuidada y una estructura que te mantiene pegada a las páginas, pues hay partes que son del diario de la protagonista que te dan pistas de por dónde puede ir la historia. Cuando comienzo un nuevo libro busco justo lo que he encontrado en éste, emocionarme hasta las lágrimas y saber que al cerrarlo lo pondré junto a los que siempre recordaré y recomendaré.

Voy a contarte un poco de qué va. La protagonista se encuentra en un momento muy malo de su vida, de hecho, una de las primeras escenas es un ataque de ansiedad que le da en el trabajo. Se ve que no está a gusto en su piel y eso que aparentemente lo tiene todo: trabajo, prometido, una posición social holgada, pero ella coge la maleta y se va. Y en esa huída hacia adelante aterriza en Nueva York teniendo en mente que eso es un respiro antes de la boda y del resto de su vida.

Sin saber muy bien cómo se va a encontrar con un trabajo que no sabía que necesitaba, viviendo en Harlem y en medio de unos vecinos que se van a ir convirtiendo en su familia. Con Malik, haciendo de guía y contador de historias, con Penny, su vecina de arriba que tiene mucho que decir sobre las relaciones, con Lulah, una mujer luchadora que ha sacado a su hijo Joseph adelante trabajando duro y a Mara, la abuela de éste último que completa el cuadro de vecinos majos.

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En uno de sus días de trabajo, que no te voy a decir cuál es para que sea todo sorpresa cuando lo leas, va a conocer a Jay, el "chico actor que hace galletas2. Este personaje es impresionante, cómo mira dentro de ella, cómo le da exactamente lo que necesita cuando lo necesita, cómo le da su espacio y confía en ella. Le ayudará en uno de los momentos más difíciles de su vida y le hará ver que es ella quien tiene que decidir qué hacer con su vida. Con una seguridad en sí mismo, con infinidad de recursos, con ese aspecto de macarra con tatuajes y pantalones ajustados será para ella la persona que siempre quiso a su lado.

"- Una pregunta rápida. Contesta lo primero que te venga a la cabeza: ¿qué significa para ti amar?
- ¿No tener que decir nunca "lo siento"?- Lo miré entrecerrando los ojos.
- ¡Nop! Respuesta equivocada. Eso es una frase de Love Story.
- Vale, Jay, entonces respóndema tú: ¿qué es para ti el amor?
- Cuando tú lo sientas por mí, descubrirás que es lo mismo que yo siento por ti. Así de simple y así de complicado."

Pero no todo será fácil. Por un lado, la vida que ella tiene en España está sin resolver y hay secretos por parte de Jay que pueden poner en peligro todo lo que han construido. Su amor es intenso, mucho, con una atracción brutal pero con un convencimiento de que el destino ha jugado sus cartas y les ha unido.

Pasear a su lado por Nueva York, Central Park, bares, calles, todo allí tiene un sabor especial y por supuesto es el telón de fondo perfecto para ellos dos.

Habrás notado que no se nombra a la protagonista por su nombre, pero es que no se descubre hasta el final, ese es uno de los detalles que me han parecido geniales. Jay la llama de una forma particular que tiene todo el sentido del mundo y que hace que ella tome conciencia de algunas de sus decisiones y cómo quiere enfrentar el resto de su vida.

Un suceso inconmensurable sacudirá sus vidas y todo cambiará. Todo lo que ella había visto claro se volverá oscuro y dudará incluso que pueda volver a sonreír...

Hasta aquí puedo contar del libro pero puedo seguir mucho más escribiendo sobre lo maravillada que me ha dejado esta historia. Puede parecer por la portada una comedia romántica o incluso chick-lit pero nada más lejos, tiene muchísimo sentimiento, amor de pareja, de amigos, de familia, superación, secretos, valentía, dolor y esperanza. Con infinidad de detalles que lo hacen especial y como decía al principio, con una estructura que te atrapa. Si lo has leído sabes porqué estoy tan emocionada y si no, ya sabes, se colará entre tus mejores lecturas del año!!

Con este fantástico libro me despido, en lo que a reseñas se refiere, hasta el año que viene. Pero no me voy de vacaciones! Habrá varias entradas con el repaso a mis mejores lecturas, te espero en los próximos días!