Quiero comenzar dando las gracias a Laura por la gran disposición que tiene siempre y por regalarnos este trocito de Mia y Héctor, los protagonistas de su novela, En camas separadas (Phoebe) que saldrá a la venta el 29 de enero.
Esta historia que trata de la amistad, del amor y de si cruzar la línea merece o no la pena. Con una estructura que a mí me encanta, pues vamos a ir viéndoles desde que era pequeños, pasando por esa separación y cómo es el reencuentro.
Además, hay un guiño muy especial para mí que me emocionó muchísimo! Gracias!!
Y sin más vamos a dejar que Mia nos cuente un poco más, ¿no?...
¡Hola a
tod@s! Me llamo Mia y estoy entusiasmada con la idea de que conozcáis mi
historia. En realidad me da un poco de vergüenza, pero también espero que
paséis un buen rato con lo que Héctor y yo tenemos que contaros.
—Recuérdame
otra vez por qué me has sacado de mi cómodo sofá un sábado por la mañana.
Mia
bostezó por tercera vez en menos de dos minutos tras formular su pregunta.
Estaba empezando a convertirse en una quejica, pero poco le importaba. Había
planeado pasar un fin de semana tranquilo en compañía de su mejor amigo con el
que acababa de reencontrarse, pedir una pizza y permanecer despiertos hasta la
madrugada mientras se ponían al día de lo que había acontecido durante los
cinco años que estuvieron separados.
Sin
embargo, Héctor prácticamente la había obligado a vestirse para salir de casa.
Después de haber vivido en Japón tanto tiempo necesitaba volver a perderse por
su ciudad en compañía de la chica de su vida. Porque sí, Mia era su mejor
amiga, pero Héctor también sabía que nunca existiría para él otra mujer como
ella.
Le
pareció que el parque de El Retiro sería un buen lugar por el que caminar junto
a ella, observando a todas esas familias que aprovechaban los fines de semana
para salir a jugar con sus hijos y a aquellos que disfrutaban haciendo un poco
de ejercicio.
Rodeándole
los hombros con un brazo, Héctor acercó a Mia a su costado y contestó:
—¿De
verdad quieres saberlo?
Ella lo
miró con una de sus bonitas cejas arqueadas. Un mechón de pelo rojo había caído
sobre sus ojos y Héctor no pudo resistir el impulso de apartarlo con los dedos,
acariciándole la mejilla a su paso.
—Porque
estaba considerando hacerme el harakiri
si permanecía un segundo más contemplando cómo el escocés de la falda se
paseaba delante de mis narices.
—No
puedes decirlo en serio.
—Si le
veo el culo una vez más empezaré a replantearme mi sexualidad.
Mia soltó
una carcajada al escucharlo. Héctor se refería a Jamie Fraser, el protagonista
masculino de la serie Outlander por
el que Mia estaba absolutamente colada. Prácticamente habían terminado con la
primera temporada; Mia se había dejado llevar por el entusiasmo y no podía
esperar a que Héctor conociera el desenlace de la primera tanda de la serie.
Aunque al parecer, su amigo había tenido más que suficiente del atractivo
pelirrojo.
—¡Serás
idiota! —lo acusó ella entre risas—. ¿Cómo se te ocurre decir eso de mi Jamie?
Esta vez
fue Héctor quien levantó una de sus cejas.
—¿Tu Jamie?
Mia
chascó la lengua. Puede que Héctor tuviera razón y ella debiera enamorarse de
un hombre de carne y hueso en lugar de hacerlo de un personaje de novela.
—¿Te
haría sentir mejor si te digo que tú tampoco estás tan mal?
Él
sonrió; sin embargo, Mia observó cómo eludía mirarla directamente y que sus
ojos azules se escondían de ella concentrándose en sus pasos. Ahí estaba otra
vez su tímido Héctor, se dijo. Decidió provocarlo un poco más, solo porque le
encantaba lo guapo que estaba cuando sentía cierta vergüenza.
—La
verdad es que estás bastante bueno —comentó, mordiéndose el labio inferior—.
Dime, ¿qué te daban de comer en Japón? No te recordaba tan…
—¿Tan
qué? —se atrevió a preguntar él.
Mia se
agarró de su cintura mientras caminaban, atreviéndose a acariciarlo bajo la
camiseta. Cuando sus dedos rozaron la piel del abdomen de Héctor, Mia sintió
una descarga recorriéndole el cuerpo y dejó de tocarlo de inmediato.
—Tan…
¿sexy?
Él soltó
una carcajada al tiempo que se apartaba unos pasos de ella, como si su contacto
lo hubiera quemado.
—Deja de
tomarme el pelo. Sé que nunca seré como el tío de la tele pero, ¿qué puedo
decir? También tengo mi encanto.
Los dos
rompieron a reír, recuperando la camaradería inicial.
Mia
estaba a punto de decirle que tampoco era necesario que se le subieran los
humos, pero la voz de una chica al otro lazo del Palacio de Cristal la
interrumpió.
—¡Cleo!
¿Dónde te has metido?
A medida
que se acercaban, vieron que una mujer joven de pelo corto y vestido de flores
buscaba a su alrededor.
—¿Crees
que se habrá perdido su hija? —preguntó Mia, preocupada.
Antes de
que Héctor pudiera decir nada, una perrita de color marrón pasó corriendo entre
ellos hasta saltar sobre el regazo de su dueña.
—¡Aquí
estás! –exclamó la chica—. ¿Dónde te habías metido?
Al ver
cómo la perrita jugueteaba con su dueña, los labios de Mia se curvaron en una
sonrisa.
—Bueno,
ya sabemos quién era Cleo.
Héctor
sonrió y juntos reemprendieron su camino. Transcurrieron unos minutos en completo
silencio hasta que Mia decidió subirse a horcajadas sobre la espalda de Héctor,
una costumbre que llevaba arrastrando desde que los dos eran unos adolescentes.
—¿Sabes
en qué estoy pensando?
Héctor
aseguró el peso de ella sujetándole las piernas con las manos.
—Me da
miedo preguntarlo. ¡Ay! —se quejó cuando Mia le mordió la oreja—. ¡Joder, Mia!
¿Por qué has hecho eso?
—No te
metas conmigo.
Héctor
resopló.
—Está
bien. ¿En qué estabas pensando?
Ella
sonrió, encantada.
—Creo que
a lo mejor deberíamos tener un perro. ¿Qué te parece, Héctor? ¿A que sería
genial?
Sabiendo
que ella no podía verlo, Héctor puso los ojos en blanco. ¡Un perro! Teniendo en
cuenta las ridículas dimensiones del apartamento de Mia, probablemente aquella
fuera la peor idea del mundo. Sin embargo, mientras Mia parloteaba sobre las
ventajas de tener una mascota, Héctor pensó que al menos así dejaría de hablar
del tío del kilt.
En menos de una semana Héctor y Mia ya estarán por aquí, ¿quién tiene muchas ganas de conocerlos?
Hola!!! Tengo muchísimas ganas de leer este libro, y esta entrada las ha aumentado!!! Siento mucha debilidad por las historias de amigos que se enamoran, es que son siempre taaan bonitas *-* Así que deseando leerlo! Un saludo
ResponderEliminar