Egomaniac, Vi Keeland

Título: Egomaniac
Autora: Vi Keeland
Género: romántico erótico
Editorial: Terciopleo
Sinopsis:
Emerie llega a Nueva York para comenzar su nuevo trabajo como terapeuta familiar. Ha alquilado para su consulta una gran oficina compartida en una ubicación fantástica y asequible, dos cosas difíciles de encontrar cuando se vive en Nueva York. Hasta que se percata que ha sido estafada y le han robado 10.000 dólares. Drew, el dueño de la oficina, se apiada de ella y acepta que se quede si a cambio le ayuda también a él trabajando como su recepcionista. La oficina puede ser grande, pero no lo suficiente como para contener la tensión sexual que hay entre los dos.
Mientras Emerie y Drew luchan por controlar sus impulsos, Drew por su parte tiene sus propios problemas, lidiando con la posibilidad de que su hijo pequeño, que tuvo con su ex, no sea suyo.

Este título es el segundo que leo de la autora y me ha gustado incluso aún más que el primero, Bossman. Son historias totalmente independientes y espero, de verdad, que sigan apostando por ella en España porque merece la pena.

Aquí encontramos a un pareja que comienza como muchas otras, con esos tiras y aflojas que tanto juego dan, en Nueva York, pero que rápidamente te das cuenta de que son diferentes, Emerie es un mujer dulce y trabajadora que presta su ayuda de forma desinteresada y Drew es un hombre con un pasado doloroso pero eso no le impede ser educadado y agradable con una persona que lo está pasando mal. Además, hacia la mitad del libro, cuando se descubre un gran secreto que te tiene en vilo buena parte de la novela, todo se precipita y la trama sube de nivel. Ambos alternarán sus puntos de vista, en primera persona, y podrás vivir la historia desde las dos perspectivas.

Emerie se ha mudado a la Gran Manzana para hacer realidad su sueño de ejercer como psicóloga y que su vecino y antiguo profesor, adjunto, se fije en ella como alguien más que un amiga. No podría estar más feliz, pues tiene una nueva oficina en Park Avenue y todo comienza a rodar. Cuál será su sorpresa cuando aparece un hombre en su puerta diciendo que esa oficina es suya y que no la había alquilado.

Drew es abogado, de los buenos y de los caros, y tras volver a su oficina tras unas vacaciones se encontrará a una pelirroja que dice haber alquilado el despacho, cosa que es imposible porque él es el dueño de la oficina y de un ático en ese mismo edificio. Considerando que la han timado la acompañará a comisaría y empezará así una relación laboral interesante, a modo de coworking, que hará avanzar su relación en la dirección correcta.

Como te decía, lo que más me ha gustado ha sido la personalidad de los protagonistas, alejadas de los estereotipos de hombre arrogante y prepotente y mujer indecisa. Aquí los dos van a dar caña y van a dar la réplica al otro, construyen unos lazos resistentes en base a la convivencia, pero también a la preocupación por el otro. La atracción está ahí, muy presente, pero no es lo primero, pues hasta casi la mitad no dan el paso.

Los diálogos entre ellos son rápidos, hay dobles sentidos, Drew cala rápido a Baldwin, el vecino de Emerie y ésta poco a poco va viendo la diferencia entre lo que siente por él y los sentimientos que empieza a tener por el abogado.

El gran conflicto aparece casi por sorpresa y me ha parecido genial cómo lo ha manejado la autora. El pasado de Drew, del que vas conociendo pequeñas pinceladas que él va recordando, te lleva hasta el momento presente y a las consecuencias que tuvo una noche de fin de año de hace ocho años.

Nueva York acoge el inicio de la relación entre esta psicóloga y este abogado, te dejo que descubras en qué está especializado cada uno, los momentos más dulces y pasionales, pero también los más difíciles que se les presentan y que tendrán que elegir qué necesidades ponen en primer lugar, si las suyas propias o las de aquellos que más quieren.

Sin duda una historia muy recomendable, divertida, sentida, adictiva y que recordarás y recomendarás a tu vez. No dejes pasar a esta autora!