Voz, Christina Dalcher

Título: Voz
Autora: Christina Dalcher
Género: narrativa
Editorial: Roca
Sinopsis:
CIEN AL DÍA. NI UNA MÁS. Esa es la cifra de palabras que la neurolingüista Jean McClellan y el resto de mujeres tienen derecho a pronunciar cada día. Una sola palabra por encima de esa cifra y cientos de voltios de electricidad recorrerán las venas de cualquier mujer que se atreva a sobrepasarla. Ese es el mandato del nuevo gobierno. Las mujeres no pueden escribir, los libros les han sido prohibidos, sus cuentas bancarias han sido transferidas al hombre de la familia más cercano y se han suprimido todos los empleos para las mujeres.
Pero cuando el hermano del presidente sufre un extraño ataque, a Jean le devuelven temporalmente el derecho a trabajar y a hablar más de 100 palabras al día, con el objetivo de que continúe investigando la cura de la afasia, un extraño trastorno de una parte del cerebro que controla el lenguaje.
Pronto Jean descubrirá que la están utilizando y que ha pasado, sin saberlo, a formar parte de un plan mucho más grande, cuya intención no es encontrar la cura de la afasia, sino inducirla. ¿El objetivo final? Eliminar por completo las voces de las mujeres.
Situada en unos Estados Unidos donde la mitad de la población ha sido silenciada, Voz es una historia inolvidable y llena de tensión, en la que una mujer se enfrentará a los poderes establecidos para proteger a su hija y a sí misma.

Hay que leer Voz. Sí, así de contundente comienzo esta reseña. Como toda las distopías remueve mucho y da para hablar largo y tendido de la historia pero también de las comparaciones que pueden hacerse con el panorama actual, similitudes, vaticinios, actitudes de los personajes, sus decisiones y las consecuencias que provocan. Se lee muy rápido, de capítulos corto y como te digo, imprescindible. Sale a la venta el próximo 7 de febrero y yo hace un tiempo que lo leí gracias a una edición anticipada. Ya te aviso que es una historia que seguirás recordando y de la que hablarás mucho.

Lo inquietante de estas nuevas distopías, en comparación con las clásicas, es que se desarrollan en el presente, no hay mundos difíciles de imaginar, sino que son situaciones a las que se han llegado desde el aquí y el ahora; además, el papel de la mujer es fundamental aquí, como el colectivo a oprimir para hacer la voluntad, retorcida y sesgada, de unos cuantos.

La protagonista de este libre, Jean, vive con su marido y sus cuatro hijos y desde hace un año no puede decir más de 100 palabras al día, pues si se excede recibirá una serie de descargas eléctricas que provienen del contador que tiene en la muñeca. Todo Estados Unidos, desde que salió elegido el nuevo presidente, votado por los ciudadanos en unas elecciones democráticas, y asesorado por un reverendo fanático, vive esta situación donde la mitad de su población vive es un cuasi aislamiento comunicativo y efectivo, pues ninguna mujer trabaja fuera de casa y en la escuela solo les enseñan economía doméstica.

Será Jean quien, en primera persona, relate cómo ha sido el camino hasta el día de hoy, recordará sus años universitarios junto a Jackie, su compañera de cuarto reivindicativa en todo lo social y el dilema que se le presenta: ayudar al hermano del presidente a recuperar el habla a cambio de la libertad mientras dure la investigación. Solo que esa investigación le llevará a algo muy diferente, algo que podría ser el arma definitiva para una opresión total de todos aquellos que se opusieran al nuevo orden.

Y es que Jean es neurolingüista y estaba trabajando en un suero que revirtiera los efectos adversos del daño producido en el área de Wernicke, una de las zonas del cerebro encargadas del lenguaje. Es muy interesante ver su faceta anterior y cómo es en la actualidad con cada miembro de su familia, sobre todo con su marido, su hijo mayor y su hija pequeña. Con su marido, donde una vez hubo amor, los sentimientos han ido deshaciéndose y más en este último año, donde ella ha visto que no se rebelaba por nada; su hijo mayor está totalmente entregado a la causa y el discurso que tiene la pone de los nervios más de una vez y por último, su hija, esa niña que podría crecer y vivir en un mundo donde su voz quedara totalmente silenciada y perdiera todo atisbo de decisión y libertad.

Como puedes imaginar no todo será tan fácil y lo que descubrirá Jean le hará tomar una serie de decisiones rápidas y arriesgadas para poner fin a la locura que pretenden llevar a cabo los dirigentes del país, a la vez que tiene que sopesar las consecuencias que tendrá para su familia que ella actúe o no. Pero no estará sola en este trance, sus compañeros de laboratorio, sobre todo Lorenzo, tendrán un papel fundamental.

El rápido desarrollo de la trama junto con esos flashbacks a conversaciones del pasado, ese repaso a cómo ha ido siendo testigo de esa escalada de locura, cómo mucha gente, hombres y mujeres, apoyaron y votaron al nuevo presidente y cómo aumentan las leyes absurdas y restrictivas solo para las mujeres, a la vez que ves a Jean en esa esfera familiar y de pareja, hace que esta lectura sea muy dinámica y altamente adictiva.

Vas a encontrar todos los elementos propios del género, incluida una resistencia al opresor, mezclados de forma acertada y con el toque moderno de concienciación y reivindicación social. Creo que este tipo de novelas son todo un toque de atención de hacia dónde podríamos dirigirnos si no cambiamos el rumbo, porque de la noche a la mañana puedes encontrarte viviendo un mundo así.

Si has leído esta reseña en voz alta habrías pronunciado 717 palabras.