jueves, 14 de marzo de 2019

La cocinera de Castamar, Fernando J. Múñez

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Título: La cocinera de Castamar
Autor: Fernando J. Múñez
Género: narrativa histórica
Editorial: Planeta
Sinopsis:
Clara, una joven caída en desgracia, sufre de agorafobia desde que perdió a su padre de forma repentina. Gracias a su prodigiosa cocina logra acceder al ducado de Castamar como oficial, trastocando con su llegada el apático mundo de don Diego, el duque. Este, desde que perdió a su esposa en un accidente, vive aislado en su gran mansión rodeado del servicio. Clara descubrirá pronto que la calma que rodea la hacienda es el preludio de una tormenta devastadora cuyo centro será Castamar, su señor y ella misma.
Fernando J. Múñez teje para el lector, con una prosa detallista y delicada, una urdimbre de personajes, intrigas, amores, envidias, secretos y mentiras que se entrecruzan en una impecable recreación de la España de 1720.

Me adentré en esta lectura por una recomendación y no puedo estar más contenta porque ha sido una historia envolvente, llena de intrigas, con una relación pausada y muchas subtramas relacionadas, todo ello encuadrado en una época algo desconocida pero ambientada a la perfección. 

El título del libro hace referencia a Clara y ella es una protagonista magnífica. Una mujer que ha visto cómo su vida cambiaba de repente a la muerte de su padre, médico, en la guerra, y ella, junto a su madre y su hermana, tenía que salir adelante pues su tío las deja sin nada. Para añadir un poco más de dramatismo desarrolla agorafobia, lo que le imposibilita estar en espacios abiertos sin que sufra un colapso. Le llega una magnífica oportundiad cuando la contratan  como segunda de la cocinera de Castamar y hacia allí se dirige, donde suponía que iba a encontrar paz.

La disposición de Clara es muy buena, su madre le ha enseñado todo lo que sabe de cocina porque era una gran aficionada y aún siendo señora de la casa bajaba a las cocinas porque era algo que le apasionaba. Así pues, siendo esa gran casa la finca del duque de Castamar lo que menos esperaba encontrarse era suciedad y dejadez por parte de la cocinera al mando. Los primeros días son toda una novedad y Clara tiene que enfrentarse a muchas animadversiones que no comprende pero no deja que la amedrenten y hace las cosas como ella entiende que deben hacerse.

Por otro lado está Diego, el duque de Castamar, un hombre fiel a los borbones, que ha luchado junto a ellos en la guerra y que está alejado de las intrigas de la corte; la pena que arrastra desde hace casi diez años se debe a la pérdida de su esposa por un accidente a caballo y desde entonces es una sombra de lo que fue. Tiene en sus amigos, Alfredo y Francisco, un apoyo incondicional, pero sobre todo siente un amor fraternal enternecedor por su hermano Gabriel. Y es que Gabriel no es su hermano de sangre, pues su padre le llevó a casa cuando era pequeño y lo más notable para todos menos para él, que ve más allá de eso, es que fue un esclavo negro. La sociedad solo le tolera porque es el hermano del duque y es muy interesante ver las dinámicas que se desarrollan alrededor de este personaje.

La relación entre Clara y Diego va muy a fuego lento, tanto que a veces ni ellos mismos son conscientes de qué están sientiendo, pero se establece una bonita dinámica alrededor de los platos que prepara Clara y de los cada vez más frecuentes encuentros que provoca Diego.

Esta historia tiene mucho de intrigas y conspiraciones porque sí, hay un malo malísimo que quiere ver la caída en desgracia del duque y de todos aquellos a los que quiere y será un personaje odioso que vaya sembrando la discordia allá por donde vaya, que no parará hasta ver cumplida su venganza personal y por el que estás todo el tiempo en tensión esperando que sus planes no salgan bien.

Toda la historia arranca con esa llegada de Clara a Castamar y con los preparativos para la fiesta anual que se hace en la casa para conmemorar los festejos que llevaba a cabo la difunda doña Alba. Clara tendrá que ir con mucho cuidado, no solo con la cocinera jefe, sino con Úrsula, la dueña de la casa, una mujer que manda sobre prácticamente toda la servidumbre con mano de hierro y cuya principal arma es el miedo que los demás le tienen y la estorsión a la que somete al mayordomo, Melquiades Elquiza.

A esas celebraciones se unirá la madre de Diego, Mercedes, que acudirá con Enrique, marqués y reciente amigo, así como con la señorita Amelia, también con intereses particulares para con Diego. El afán protector de Gabriel con su hermano te tendrá pensando de dónde podrán provenir los peligros y con el paso de tiempo verás todo el mapa completo del malvado plan para acabar con el duque.

Todos los personajes que se van presentando en las primeras páginas y toda la trama se va intrincando más y más. La historia va ocurriendo de forma pausada, teniendo abiertos multitud de frentes y las relaciones entre ellos van desarrollándose y cambiando poco a poco. Me ha parecido muy interesante ese desarrollo simultáneo de cada personaje, exponiendo su pasado y cómo han llegado hasta donde están, bien por decisiones propias bien arrastrados por terceros, así como sus motivaciones para actuar como actúa; la ambientación de los más altos salones así como de los arravales de Madrid a principios del siglo XVIII me han parecido muy auténticos y todas las referencias a los platos, las formas de cocinar y el funcionamiento de una gran casa algo que terminaba de completar una perfecta ambientación, así como la exposición de temas como el papel de la mujer en la época, los prejuicios hacia quien es diferente o las distinciones entre las clases sociales.

Hay una gran escena entre Clara y Diego, en el último tercio del libro, que me ha parecido absolutamente maravillosa al más puro estilo de las grandes historias épicas, solo te diré que tiene que ver con una decisión orgullosa, una tormenta y una búsqueda a caballo, y no digo más aunque te aviso de que no podrás parar de leer a partir de ese punto porque todo se precipita de forma vertiginosa.

La personalidad de Clara es uno de los puntos fuertes de la novela, mezcla equilibrada de bondad y orgullo, no deja que nadie la pise por ser, ahora, una simple cocinera, y sus ambiciones son las de vivir en paz. Tener que lidiar con esa confrontación que parece provocar en Úrsula la desconcierta pero hará siempre lo que su conciencia le dicte. Por su parte, Diego evoluciona, despierta de su letargo y deja atrás su duelo dándose cuenta de qué siente por Clara y cómo puede neutralizar las amenazas que sufre. Gabriel, Alfredo, Francisco, Amelia, todos ellos tendrán su momento y cierres dispares.

Si quieres vivir de primera mano una venganza cuidadosamente planeada que pone en juego multitud de acciones y actores, si quieres casi degustar platos dignos de un rey, si quieres acompañar a Clara en los meses más decicivos de su vida, no dudes en adentrarte en Castamar, el viaje merecerá la pena.

4 comentarios:

  1. ¡Qué maravilla! Me alegro tanto de que te haya gustado... Es una historia fascinante y suscribo todas tus palabras.
    Un besazo
    Marta

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  2. Hola!
    Disfruté muchísimo la lectura, aunque al principio me costó un pelín hacerme a tanto personaje jeje
    aiss la escena de la tormenta, BRUTAL!
    Un abrazo!!

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  3. Cada vez tengo más ganas de leer este libro. Gracias por la reseña y por ponerme los dientes largos ;)
    Un besazo

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  4. Paso por encima porque lo tengo esperando, en estos momentos lo está leyendo mi madre porque yo tengo entre manos otra novela y le esta gustando muchisimo, así que a ver cuando le hago un hueco

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