Título: 33 cartas desde Montmartre
Autor: Nicolas Barreau
Género: romántica contemporánea
Editorial: Suma
Sinopsis:
Antes de morir, Hélène le hizo prometer a su marido, Julien, que le escribiría treinta y tres cartas, una por cada año de su vida. Para su asombro, Julien se da cuenta de que esta correspondencia, que deja en un compartimento secreto de su tumba en el cementerio de Montmartre, se ha convertido en una suerte de consuelo. Le habla de la vida que ahora ha de vivir sin ella; de su amor, ya no recíproco; de su hijo Arthur, que no quiere un padre que se siente desgraciado.
Hasta que un día descubre que las cartas han desaparecido y en su lugar empieza a encontrar pequeñas respuestas: un bonito corazón de piedra, un poema, un ramillete de nomeolvides... Lo que Julien no sabe es que alguien lo observa. Alguien que lee sus cartas y quiere ayudarlo. Alguien que se ha enamorado de él.
Autor: Nicolas Barreau
Género: romántica contemporánea
Editorial: Suma
Sinopsis:
Antes de morir, Hélène le hizo prometer a su marido, Julien, que le escribiría treinta y tres cartas, una por cada año de su vida. Para su asombro, Julien se da cuenta de que esta correspondencia, que deja en un compartimento secreto de su tumba en el cementerio de Montmartre, se ha convertido en una suerte de consuelo. Le habla de la vida que ahora ha de vivir sin ella; de su amor, ya no recíproco; de su hijo Arthur, que no quiere un padre que se siente desgraciado.
Hasta que un día descubre que las cartas han desaparecido y en su lugar empieza a encontrar pequeñas respuestas: un bonito corazón de piedra, un poema, un ramillete de nomeolvides... Lo que Julien no sabe es que alguien lo observa. Alguien que lee sus cartas y quiere ayudarlo. Alguien que se ha enamorado de él.
Los ingredientes que tan bien le funcionan al autor están aquí y me alegra que siga confiando en ellos, que no innove mucho a la hora de crear una nueva historia porque lo cierto es que sus libros tienen una seña de identidad reconocible y buscada: cuentos que te llevan por las mágicas calles de París, sentimientos profundos con un tono de livianidad y una suerte de juego de pistas que llevará al protagonista hasta el final del libro que es a la vez el comienzo de una nueva etapa en su vida.
Si en El café de los pequeños milagros salía de Francia para recalar en Venecia, aquí regresa a la Ciudad de la Luz y a una parte con todo el encanto del mundo, el barrio de Montmartre con su aire bohemio y su cementerio, cargado de historias anónimas y famosas que sirve de telón de fondo para despedidas y encuentros.
El inicio de este libro es de los difíciles, una muerte separa a una pareja bien avenida, deja a un hombre viudo y a un hijo sin madre, así como muchas personas son las que sufren la ausencia de Hélène. Julien se encuentra en un profundo duelo porque el tiempo pasado con ella no fue mucho pero fue intenso y ahora se encuentra perdido.
Este escritor parisino de comedias románticas no ha escrito ni una palabra desde la muerte de su mujer. Una enfermedad se la llevó en pocos meses y la promesa que le arrancó de escribirle 33 cartas le tiene en jaque porque no se ve capaz de hablarle ni mucho menos de seguir adelante.
Sin embargo un día continúa con esas líneas que tantas veces comenzó y le va contando cómo es su vida y cuánto la echa de menos. Sin duda es un proceso terapéutico, pues le sirve para elaborar ese duelo con la esperanza de cerrarlo cuando llegue a la última carta. Irá saliendo de su dolor a través de la escritura y de su familia y amigos pero sobre todo de su hijo Arthur, este pequeño que tan bien lee la pena en su padre, que asume como solo los niños saben hacerlo, la nueva situación y que quiere volver a ver sonreír a su padre.
Los detalles bonitos están en cada página y cuando recuerda las conversaciones que tenían sobre esta promesa, es muy emocionante. Hélène estaba convencida de que de alguna manera podría leer las cartas y al final podría encontrar de nuevo la felicidad. Desde luego no es algo con lo que Julien estuviera de acuerdo pero cuál es su sorpresa cuando al ir a depositar una de esas cartas en el lugar secreto que solo él conoce lo encuentra vacío y un objeto en su interior.
Comienza entonces la parte del juego de pistas que tanto te mete en la historia. Querer saber qué ha ocurrido con la correspondencia y quién deja esos objetos. Será todo un ejercicio de deducción y en el que tendrá sospechas de unos y de otros. Aquí los personajes secundarios acompañan al protagonista, su amigo incondicional, su madre y su preocupación porque se recupere, Catherine, la mejor amiga de su mujer y vecina o Sophie, a quien conocen en el cementerio porque restaura esculturas.
Aunque los libros de este autor siempre se me queden cortos tengo que reconocer que he leído todo lo que ha escrito y lo seguiré haciendo porque retrata París de una forma especial, dota a sus personajes de una magia única, la de lo cotidiano y lo extraordinario mezclado. Aquí explora la pérdida, el duelo, la esperanza, la felicidad, me ha parecido una historia sencilla y muy bonita.