La librería de los corazones solitarios, Robert Hillman

Título: La librería de los corazones solitarios
Autor: Robert Hillman
Género: narrativa
Editorial: Suma
Sinopsis:
Tom Hope no piensa que se le dé especialmente bien ser granjero. Solo hace lo que puede: ordeña las vacas, recoge las manzanas, cuida de las ovejas... Tampoco se considera un buen marido porque su esposa lo abandonó y se llevó consigo al pequeño Peter. Pero cuando en su vida aparece Hannah Babel, la alegre y excéntrica mujer que quiere montar una librería en el pueblo, él se atreve a soñar que podrían ser felices juntos.
Sin embargo, en 1968 solo han transcurrido veinticuatro años desde que Hannah llegara a Auschwitz con su hijo pequeño y saliera sola. Y Tom se enfrenta a una batalla contra el dolor y el recuerdo que todavía apenas puede imaginar.

Cuando comencé esta historia ya me había olvidado de la sinopsis y no quise volver a leerla, me dejé llevar a la Australia de finales de los 60, a una zona rural, para conocer a Tom y su historia, así como la de Hannah, desgarradora, y cómo una librería les une sin haberlo pretendido ninguno de los dos.

El libro está contado en tercera persona, en el presente de los protagonistas, pero también hay capítulos donde puedes atisbar el dolor y la pérdida sufridas por Hannah, pues fue prisionera de los nazis en diferentes campos y logró sobrevivir pero no salió indemne. Tom se va a encontrar con una mujer que ha pasado por horrores inimaginables y que tiene una actitiud ante la vida que no se solía ver por esas tierras.

Tom es un granjero de poco más de treinta años porque heredó el terreno de su tío, no por vocación, pero creyó ver una oportundiad de futuro y apostó por ello. Un trabajo diario muy duro ordeñando a las vacas, reparando vallas, podando árboles frutales y mil tareas más, fijas o improvisadas, que le dejaban poco tiempo para atender a su mujer, Trudy. Esta le abandona al principio de la novela sin ninguna explicación pero él siempre creyó que volvería, hasta que lo hace, pero lo que tendría que haber durado para siempre lo hace solo unos pocos meses y esa nueva separación se lleva mucho más, una pérdida de la que le costará reponerse.

Hannah es una mujer algo excéntrica, alegre, vivaracha, que ha recorrido un largo camino desde Hungría hasta el pueblo autraliano donde decide abrir su librería con una motivación muy concreta. Será Tom quien le ayude a hacer unas estanterías y entre recomendaciones y charlas se convertirán en pareja. No habla mucho de su pasado y es que cuando vas conociendo cada paso de ese periplo por una Europa en guerra, por campos de trabajo, Berlín y un recorrido interminable hasta recalar de nuevo en su ciudad natal, te das cuenta de todas las pérdidas que ha tenido que ir asumiendo, la fuerza de voluntad por seguir adelante aún cuando no tenía nada y la necesidad que siente de llevar a todo el mundo historias que merecen ser tenidas en cuenta.

Quizá la historia entre Tom y Hannah sea algo precipitada, pero es que su encuentro les ayuda a ver mucho de sí mismos y a enfretarse con miedos incómodos. Para Hannah, pensar en hijos es imposible, ya perdió al suyo y los sentimientos de culpa y desolación la acosan cada vez que se permite bajar la guardia, por lo que la posibilidad de que Peter regrese a la granja abre heridas antiguas. 

Y es que Peter encarna la inocencia más pura y la determinación más absoluta. El hijo de Trudy está decidido a huir del horrible sitio al que le ha llevado su madre y regresar al único hogar que ha conocido con la única figura paterna que siente que le quiere de verdad. 

Esta historia se desarrolla de una forma pausada aunque el ritmo de lectura es ameno. El pasado de Hannah es emocionante y desgarrador y la segunda oportundiad que se da a sí misma es esperanzadora; el poder curativo de las historias de ficción y la fuerza del amor la ayudan a revisar todos sus sentimientos, los buenos y los malos, y decidir qué camino tomar cuando tenga que enfrentarse a la decisión más dolorosa que podía imaginar. Y por otro lado, Tom me ha parecido un personaje tan afable, un buen hombre de principio a fin, sencillo que lo da todo por aquellos a quienes quiere.

Un viaje al pasado desde la Australia rural que une las vidas de dos personas que no podrían comenzar la novela más alejada una de la otra pero que encuentran puntos en común a través de sus sentimientos.