El núcleo del sol, Johanna Sinisalo

Título: El núcleo del sol
Autora: Johanna Sinisalo
Género: narrativa distopía
Editorial: Roca 
Sinopsis:
Finlandia se ha convertido en un estado totalitario llamado Republica Eusistocratica, que ha priorizado la salud nacional y ha prohibido todo lo que pueda dar placer o causar adicción. Bueno, casi todo: el estado ha creado una nueva subespecie humana: una especie receptiva, sumisa y siempre dispuesta a tener relaciones sexuales. Solían llamarse mujeres. Desde los años 40 varios científicos junto con el gobierno han puesto en marcha un plan de selección artifical que solo permite la reproducción a las mujeres más dóciles, y las más independientes e inteligentes acaban siendo esterilizadas.Una sátira especulativa cautivadora, una ingeniosa ucronía en la que su protagonista busca a su hermana desaparecida en una sociedad hiperpatriarcal.

Las distopías siempre me han llamado mucho la atención y en este libro, con una portada muy atrayente, que una vez comienzas a leer entiendes a la perfección, se presenta una sociedad donde el Estado controla todos los aspectos de la población, incluso la reproducción de según qué tipo de mujeres. Está catalogada como una ucronía, que son historias que se desarrollan a partir de un punto de la historia pasada donde los hechos no ocurrieron como se conocen hoy día. En este caso, las investigaciones genéticas se llevaron a la práctica en esta selección artificial entre mujeres dóciles, sumisas, con presiposición por el cuidado de bebés antes que las que mostraban curiosidad, tenían cierta rebeldía y jugaban con construcciones.

La protagonista de esta novela es Vanna, una chica que creció junto con su hermana, Manna, y su abuela, en una granaja apartada tras el accidente que tuvieron sus padres. La abuela supo ver que ella era diferente y trató por todos los medios de que pasara las pruebas que realizaba el gobierno para clasificar a las mujeres en elois, aquellas aptas para la reproducción y que en cuanto alcanzaban la madurez entraban en el mercado de emparejamiento, y las morloks, quienes eran esterilizadas porque no interesaba que transmitieran sus genes. La gran peculiaridad de Vanna es que, exteriormente, parecía una eloi, pero por dentro era morlok, lo que le sirvió para engañar a todo el mundo y seguir protegida en el mundo apartado creado por su abuela, aprendiendo, leyendo y cuidando de su hermana, que sí era una verdadera eloi.

Esta historia del pasado la va contando la propia Vanna a través de cartas a su hermana, a quien parece que algo le ocurrió, y por lo que se siente culpable. En la actualidad la situación de Vanna tiene cierto tinte de desesperación porque el Estado prohibió desde hace mucho toda sustancia adictiva y ella está muy enganchada, pero no a las drogas comunes, si no a la capsaicina, la sustancia picante que se encuentra en los pimientos. Sí, has leído bien, trafican con toda clase de pimientos picantes. Este componente que puede parecer cómico da lugar a un transfondo sobre ese control asfixiante, esa ausencia de libre albedrío alegando el bienestar global y en definitiva, la opresión definitiva con el control de cada aspecto de la vida del individuo.

También se van alternando diferentes tipos de documentos, anuncios, entradas de enciclopedias o conclusiones científicas que van completando el cuadro de lo que supuso ese cambio en la sociedad finlandesa y cómo son en la actualidad.

Vanna no se cree la versión oficial sobre lo sucedido con de su hermana y le ayuda Jare de muy diferentes maneras; el peón que trabajó en la granja de su abuela cuando ellas eran adolescentes y que hoy día está metido en negocios turbios, lo que le llevará a asociarse con una secta cuyos objetivos son más profundos de lo que parece a simple vista, sospechó que Vanna era distinta a pesar de su apariencia y aún así guardó silencio.

Es una lectura diferente, hasta cierto punto inquietante, con una protagonista llevada al límite por su entorno y por su propia adicción, que nada entre dos aguas, entre la lucidez y la oscuridad y solo quiere saber la verdad. El final no te deja indiferente y da una nueva visión sobre Vanna y su vida.