Ojalá esta fuera nuestra historia de amor, Andrea Longarela (Neïra)

Título: Ojalá esta fuera nuestra historia de amor
Autora: Andrea Longarela, Neïra
Género: romántica contemporánea sentimental
Editorial: Esencia
Sinopsis:
Ésta es la historia de un flechazo. Y del amor de una vida. Y de un corazón hecho pedazos.
Ésta es la historia de un montón de ojalás por cumplir.
Ésta es la historia del viaje de Lola hacia aquello que no se ve, pero que está ahí. Hacia aquellas cosas que se buscan y se encuentran en el peor momento de la vida. Hacia sus sueños.
Ésta es la historia de la sonrisa más bonita del mundo, de una nariz roja, de un tango en la playa, de una habitación convertida en hogar y de una casa perdida bajo la nieve.
Ésta es una historia de amor… O quizá no.

Si llevas por aquí un tiempo seguro que recuerdas alguna reseña que haya empezado excactamente así: no sé por dónde empezar. Y es que aquí se sigue cumpliendo porque es una historia de la que te voy a poder contar muy poco porque se va descubriendo con cada página y las emociones van viniendo solas; sí, no te resistas, llegarán, arrasarán con todo y te quedarás vacía. Justo esa sensación es que la sentí al llegar a la última página, el haber leído la vida en toda su extensión y con todo lo que eso significa a través de Lola y en esta etapa en la que tanto siente.

Ya en la presentación que hizo Neïra para la sección la autora presenta podías leer las primeras páginas y vislumbrar un poco, muy poco, por dónde podría ir la historia aunque seguro que una vez comiences vas a sorprenderte en más de una ocasión, y si no es así no te preocupes porque sentirás con la misma intensidad, a mí me ha pasado.

«Además, siempre he sido de las que piensan que cada paso que damos nos lleva a lo que de verdad nos está destinado, aguardando el momento preciso en el que dejarse ver. Cada error, cada decepción, cada éxito, cada fracaso, cada experiencia conforman los peldaños que nos acercan hacia lo que, al final, marcará nuestra vida. »

Lola es una joven que comparte casa con Tristán y Elena. Lleva un tiempo disfrutando de la vida sin mayores complicaciones, entra y sale cuando quiere, tiene relaciones que duran lo que duran, normalmente una noche, y combina el trabajo de animadora en un hotel con su formación en distintos aspectos relacionados con la interpretación. Lola quiere ser actriz. Otro pilar funamental en su día a día es su labor como voluntaria en un hospital, donde además de aportar su granito de arena puede poner en práctica esas dotes interpretativas.

Un día como otro cualquiera su vida cambiará, tropezará a alguien especial, en el autobús y aunque al principio pudiera parecer que iba a pasar desapercibido, la huella que comienza en la vida de Lola y cómo la continúa a lo largo de la novela es fundamental. Un choque de lo más fortuito cruzará su vida con la del chico de la sonrisa bonita y ya nada será igual.

Este chico, cuyo nombre que tendrás que descubrir, como lo hace Lola, tampoco imaginó que conocer a esta chica le cambiaría. Está en un momento en el que no busca una relación a largo plazo pero la atracción que siente hacia Lola es innegable e inevitable, por mucho que se empeñe en decir que no, su corazón tiene otros planes. Las barreras van cayendo, muy a su pesar y el lanzarse a esa historia puede costarle mucho más de lo que piensa.

Casi casi que hasta aquí puedo contar pero no creas que ese es el final, todo lo contrario, es el principio de algo grande y ninguno de ellos está solo en este viaje. Por parte de Lola, la familia que ha creado junto con Tristán y Elena, esa convivencia, ese día a día, conociéndose tan bien que se adelantan a las necesidades de los demás es lo que hace posible a Lola vivir tan intensamente cada momento sabiendo que cuenta con un respaldo incondicional.

De igual forma, él, no solo su familia de sangre está ahí para cuando lo necesita, también Marco, un adolescente que un pasado muy duro y muy difícil que sabe lo que es que la vida te dé un revés tras otro, pero que son el uno para el otro un pilar fundamental.

«Supongo que no se puede echar de menos lo que nunca se ha tenido, aunque sí las sensaciones que provoca el deseo de tenerlo.»

Como podrás ver cuando vayas avanzando con la historia, cada uno de los personajes tiene su papel y su importancia, ninguno de ellos tiene una intervención vacía y sobre todo, la estructura, impecable moviéndose entre distintos momentos temporales y no sabiendo hasta un poco más de la mitad dónde y de qué manera te está hablando Lola. Mil frases que marcar y descubrir por qué este título.

Posiblemente esta sea la reseña más críptica que he hecho nunca, pero creo que tiene la información justa que a mí me hubiera gustado leer sobre esta novela. Sí te puedo asegurar que la emoción está a flor de piel, siempre que se habla de temas del corazón, de la vida, de la familia, de lo que supone llegar a determiandas etapas e ir pasando de unas a otras llega mucho y remueve mucho. Aquel choque, en apariencia tan insignificante y aleatorio, cambia a mucha gente, pone en perspectiva muchas vidas y los detalles, momentos, frases que se desencadenarán de aquello son inolvidables.

Una chica. Una historia. La vida.