Unpregnant, Jenni Hendriks y Ted Caplan

Título: Unpregnant
Autores: Jenni Hendriks y Ted Caplan
Género: new adult
Editorial: Puck
Sinopsis:
Veronica Clarke tiene diecisiete años y nunca pensó que tendría un grueso trozo de plástico en la mano y, mucho menos, que estaría mirando fijamente dos firmes rayitas de color rosado. Cómo logró su novio dejarla embarazada, aun con un insistente uso de preservativos, es un misterio total. Con un promisorio futuro universitario desvaneciéndose delante de sus ojos, Veronica evalúa una decisión que nunca imaginó que tomaría: hacerse un aborto.
Existe un problema: el lugar más cercano donde hacerse un aborto legalmente está a más de mil quinientos kilómetros, en Nuevo México, y Veronica no tiene auto. Desesperada, recurre a la única persona que sabe que no la juzgará: Bailey Butler, una legendaria inadaptada de la secundaria Jefferson, su ex mejor amiga.
El plan es claro: catorce horas de viaje hasta la clínica, tres horas para la intervención y catorce horas de regreso. ¿Qué podría salir mal? No mucho, más allá de tres días de autos robados, escopetas, exnovios trastornados, compasivas strippers de una parada para camioneros, un hurón secuestrado durante la siesta, extraterrestres y la traición y el dolor de una amistad rota, de la que no puede escapar.
Veronica tendrá que arriesgar todo para reparar las heridas que causó. Bajo los vastos cielos estrellados del sudoeste de los Estados Unidos, Veronica y Bailey descubren que el camino hacia la adultez no es fácil… pero es mejor con una amiga a tu lado.

Tan controvertido como es el tema del que trata este libro, creo que es absolutamente necesario porque va mucho más allá del hecho en sí, trata de cómo vive una adolescente la presión social, sus inquietudes con respecto al futuro, la amistad y lealtad en esas edades y cómo es fundamental potenciar la autoestima porque es el motor que le ayudará a tomar decisiones por sí misma.

Veronica Clarke es una estudiante modelo, con un brillante futuro por delante gracias a una beca para Brown, con una familia que la quiere, amigas que han hecho su experiencia en el instituo algo bonito y un novio deportista y popular. Una mañana, en el baño del instituto, su vida dará un frenazo porque el positivo en el test de embarzo que acaba de hacerse puede dar al traste con todos sus sueños.

Tiene las ideas clarísimas y quiere cominicárselo a su novio, esperando también que puedan decubrir cómo ha pasado si habían tomado todas las precauciones posibles, pero la reacción de Kevin no es la que esperaba y es entonces cuando comienza a darse cuenta de que quizá no todo era tan bonito en su vida como ella pensaba y el sentimiento predominante será el de sorpresa ante su propia actitud, ante su ceguera sobre su propia vida. 

Con los exámenes finales a la vuelta de la esquina no dispone de mucho tiempo para arreglar el problema con el que se encuentra, pero no puede decíselo a sus padres y cree que sus amigas no lo entenderán porque, entre otras cosas, adoran a Kevin. La presión que se autoimpone es brutal, pensando en qué dirán de ella, cómo se desmoronará su imagen social de perfección y en ese bucle tan oscuro irá a buscar a la última persona que, hasta hacía unos días, pensó que podría ayudarla.

Bailey es lo opuesto a Veronica. Fueron amigas en el colegio pero el paso al instituo coincidió con la separación de los padres de Bailey, lo que le supuso ciertos baches emocionales, tras los que comenzó a aislarse y dejó de encajar en la vida que quería vivir Veronica. Antes eran las mejores amigas y ahora, tras unos cuantos años de vidas separadas, apenas se saludan. Bailey tampoco imaginó que tras descubrir el secreto de la perfecta Veronica y prometer no decir nada iba a encontrarla en la puerta de su casa para pedirle un gran favor.

Estas dos antiguas amigas emprenderán entonces un viaje de 1600 kilómetros hasta una clínica, en otros estado, en la que Veronica puede abortar sin el consentimiento de sus padres. Uno de los grandes atractivos de esta historia es, precisamente, este road trip donde les pasa de todo, situaciones disparatadas, hilarantes, peligrosas; donde se hacen confesiones y donde repasan cómo han sido sus años separadas y las razones del distanciamiento. Pero no creas que solo Veronica tiene un conflicto que resolver, Bailey tendrá que enfrentarse, de nuevo, a su padre y cargar con un rechazo que duele como la primera vez.

Aquí se muestran, a través de unos y otros personajes, diferentes posiciones con respecto al aborto, pero con independencia de cuál sea la tuya, el personaje de Veronica está perfecto, una adolescente que se ve superada por las circunstancias pero que traza un plan y tiene sus objetivos claros, que pone en perspectiva lo que realmente importa y qué clase de persona quiere ser y a quiénes quiere tener a su lado. Bailey es el contrapunto perfecto y es imposible no quererla, brutalmente sincera, con un humor ácido que saca a relucir en cada momento, empuja a Veronica para que analice qué vida lleva y cuál quiere llevar y le demuestra que lo importante no es la imagen que los demás tengan de una, sino estar cómoda con una misma. Un final perfecto que, en cierta manera, es un reinicio para ellas.