Título: Dos semanas y una noche
Autora: Whitney G.
Género: erótico romántico
Editorial: Phoebe
Sinopsis:
A quien corresponda:
Sirvan estas líneas para anunciar formalmente mi renuncia en Parker International (y a su arrogante y condescendiente director), efectiva a partir de hoy en dos semanas.
Ha sido una decisión MUY FÁCIL de tomar, dado que los dos últimos años han sido un horror total. Espero que su nueva asistente ejecutiva tenga toda la suerte del mundo (la necesitará), y si mi jefe me necesita para cualquier cosa en estas dos semanas, que alguien le diga que puede apañárselas solo.
Un saludo (no tan) cordial.
Tara Lauren.
Este es el aviso de dimisión que debí haber mandado con dos semanas de antelación a mi jefe, porque la versión profesional —aquella en la que decía sentirme «agradecida por la oportunidad» y «honrada por haber tenido tan gratificantes experiencias»— fue rechazada con esa sonrisilla sexy tan suya y ese «es altamente recomendable que lea usted la letra pequeña del contrato».
Y lo hice.
Ahora me doy cuenta de que, a menos que finja mi propia muerte, le envenene o encuentre la forma de renegociar ese contrato imposible de entender, estoy atrapada trabajando para uno de los jefes más engreídos y bordes de todo Nueva York.
Y entonces, cuando creía que nada podía ir a peor, me llama anoche a última hora con una proposición difícil de creer…
Autora: Whitney G.
Género: erótico romántico
Editorial: Phoebe
Sinopsis:
A quien corresponda:
Sirvan estas líneas para anunciar formalmente mi renuncia en Parker International (y a su arrogante y condescendiente director), efectiva a partir de hoy en dos semanas.
Ha sido una decisión MUY FÁCIL de tomar, dado que los dos últimos años han sido un horror total. Espero que su nueva asistente ejecutiva tenga toda la suerte del mundo (la necesitará), y si mi jefe me necesita para cualquier cosa en estas dos semanas, que alguien le diga que puede apañárselas solo.
Un saludo (no tan) cordial.
Tara Lauren.
Este es el aviso de dimisión que debí haber mandado con dos semanas de antelación a mi jefe, porque la versión profesional —aquella en la que decía sentirme «agradecida por la oportunidad» y «honrada por haber tenido tan gratificantes experiencias»— fue rechazada con esa sonrisilla sexy tan suya y ese «es altamente recomendable que lea usted la letra pequeña del contrato».
Y lo hice.
Ahora me doy cuenta de que, a menos que finja mi propia muerte, le envenene o encuentre la forma de renegociar ese contrato imposible de entender, estoy atrapada trabajando para uno de los jefes más engreídos y bordes de todo Nueva York.
Y entonces, cuando creía que nada podía ir a peor, me llama anoche a última hora con una proposición difícil de creer…
En este último trimestre del año hemos tenido doble ración de Whitney, con la publicación de Mi jefe otra vez, continuación de Mi jefe, y ahora este libro; una autora que imprime a sus historias el toque justo de tensión entre los protas y una resolución que hace saltar chispas por todos lados. En esta ocasión, con este libro autoconlusivo, lo vuelve a hacer, personajes protagonistas potentes que generan una química palpable y que termina estallando para dar un giro a lo acontecimientos.
El libro comienza con la carta de renuncia de Tara, la que ves en la sinopsis, y a partir de ahí vas atrás en el tiempo para conocerlos por separado, a Preston, el implacable dueño de una cadena hotelera de lujo y a Tara, la mujer que está luchando por encontrar un empleo acorde con su formación. Pero no creas que todo acaba ahí porque Preston siempre va un paso por delante y justo la parte de la historia que transcurre tras la presentación de esa carta es todo una sorpresa, desde el as en la manga que guarda Preston hasta el contraataque de Tara y el gran giro de la trama.
Preston Parker se ha hecho a sí mismo, ha construido un imperio de la nada y a día de hoy puede considerarse uno de los hombres más influyentes y ricos del mundo; sus niveles de exigencia con el trabajo son altísimos, y como él es capaz de trabajar infinidad de horas, también pide a su asistente personal que sea capaz de hacerlo, por lo que prácticamente es un puesto rotativo, le duran bastante poco y todos acaban yéndose con un cuadro de estrés importante.
Tara es una chica que se mudó hace tiempo a Nueva York y está trabajando en ese sueño de trabajar de abogada en una empresa que le permita mantenerse porque ahora mismo, debiendo dinero del alquiler y un poco más allá de los números rojos, está desesperada. Asiste a muchas entrevistas de trabajo y justo antes de ir a una se topará con cierto dueño del hotel, donde se encuentra por razones que no voy a contarte, lo que dará lugar a una de las primeras escenas divertidas del libro.
Ya sabes que Tara trabajará para Preston, pero ver el proceso, cómo llega hasta ahí y cómo son sus primeras semanas es muy divertido a la vez que estresante porque Preston no para de trabajar ni un minuto del día. Las tareas, reuniones y requerimientos son numerosos y mientras Tara va adaptándose, vas viendo cómo va aumentando la tensión entre ambos.
La vida de Tara da un vuelco, tanto en lo económico, que mejora sustancialmente, como en lo personal, o más bien, cambia a inexistente porque todo su tiempo lo consume en el trabajo, la relación con su hasta entonces novio se resiente y no tiene tiempo casi ni para dormit. Tanto la voz de Tara como la de Preston, en primera persona, van a ir alternándose pero a él llegas a concerle un poco en el presente, lo que piensa de Tara y la presión a la que él mismo se somete. Precisamente es ese hermetismo sobre su pasado es calve para dejarte boquiabierta ante el giro que sucede cuando menos lo esperas y que da a toda la historia una nueva perspectiva.
Una de las cosas que más me ha gustado es el tiempo que pasa desde que Tara consigue el empleo hasta que presenta su renuncia; la relación laboral no se forja en dos días y, por supuesto, la personal tampoco; conectan a muchos niveles y forman un tándem casi perfecto en el trabajo. Aunque la tensión está ahí, no sucumben a la primera de cambio, lo que te permite asistir, en primera línea, a cómo van resolviéndola y los momentazos que genera. Algunas escenas son de carcajadas y otras de subir la temperatura al máximo.
Me ha gustado muchísimo, solo he echado de menos un poco más de desarrollo en un par de temas, hacia el final, para terminar de estar a la altura de Una noche y nada más, Turbulencias o Carter y Arizona. Este tipo de historias, que tienen la parte erótica contada de forma sutil y prima la tensión, las pullas que se lanzan, las batallas dialécticas que mantienen, son mis favoritas, sobre todo porque ambos personajes son fuertes, Tara marca muy bien los límites y Preston, siendo muy exigente con su trabajo, es detallista en lo personal, hecho que vas descubriendo poco a poco.
Si no has leído aún a la autora, no lo pienses más. Hay ya muchos tipos de historias publicadas, con diferentes perfiles de personajes y tramas que, sin duda, te harán pasar un buen rato.