viernes, 22 de noviembre de 2019

Alejandra Beneyto presenta... Era diciembre

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Hola! Qué ilusión me hace siempre que se pase por aquí Alejandra Beneyto. Sabéis que es una autora que me encanta, compone unas historias intensas, con unos personajes que pasan por mucho y en este caso no es diferente porque Emi y Julien tienen un pasado que volverá con fuerza para hacerles enfrentarse a su presente.

Alejandra, muchísimas gracias por esta escena, este momento que ha estado en tu cabeza y has querido compartir con todas nosotras.

Hoy, 22 de noviembre, ya está a la venta en papel y en digital a través de Amazon, por lo que ¡no hay que esperar! En cuando terminéis de leer este fragmento inédito os podéis poner con la novela ;)

Vamos a ello, ¿no?


¡Hola a todas!

Quisiera darle las gracias a Sara, por dejarme un espacio en su blog una vez más para presentar a mis personajes.
Hoy os dejo un fragmento que no aparece en el libro, pero que he imaginado en mi cabeza mil veces.
Iría justo en el momento que arranca la novela: el 1 de diciembre.
¡Espero que os guste!
Por cierto, para que leáis con perspectiva, os hago un pequeño spoiler: finalmente, Emi sí que viaja a Chicago ;)

Chicago, 1 de diciembre

El fuego crepita en la chimenea de casa de Carrie y Freddie.
Fuera, la nieve cae con fuerza dando la bienvenida a ese diciembre que ya se ha infiltrado en la ciudad.
Maldito diciembre. Cada año viene para recordarme lo que he perdido, lo que perdí hace tanto tiempo atrás.
—Entonces… —empiezo a decir—. ¿Cuántos seremos en la inauguración?
Carrie, mi amiga, mi hermana, me mira con una sonrisa. En unas semanas inaugura su hotel aquí, en el centro de Chicago.
Tiene a todo su círculo de allegados revolucionado, especialmente a mí, que desde mi empresa estoy gestionando la parte técnica del evento.
—Yo he calculado que unos setenta. ¿Verdad, Freddie? —Mira a su marido—. Hicimos las cuentas anoche.
Asiento. Es un buen número. Más o menos con lo que contaba. Estamos más que preparados para asumir hasta cien personas, teniendo en cuenta la capacidad del hotel. Estoy convencido de que a última hora seremos más.
En realidad…, no he hecho la pregunta por eso. Simplemente quería… tantear el terreno. Asegurarme de que no haya invitados que vayan a ponerme la cabeza patas arriba.
Y sí, pienso en alguien en concreto cuando hago esta reflexión.
—¿Alguien con quien no contemos? —insisto.
—¿A qué te refieres?
—Ya sabes…, alguien del pasado, alguien a quien hace mucho tiempo que no vemos…
Le lanzo una mirada a mi amiga. Confío en que ella sabrá leerme.
Carrie se muerde el labio. Intercambia una mirada nerviosa con su marido y después suspira.
Sé que no hace falta que diga más. Sé que Carrie sabe a quién me refiero. Sabe que estoy pensando en «ella» mientras le hago esta pregunta.
Y espero que sepa lo importante que es para mí su respuesta.
—No debes preocuparte por nada, Julien. No habrá contratiempos.
—Estás segura, ¿verdad?
—Tranquilo, Jules.
Asiento de nuevo. Sigo mirándola a los ojos. La noto inquieta, pero intento convencerme de que Carrie no me mentiría. No en esto. No cuando han pasado ocho años. No cuando he pasado por tanto para conseguir recuperarme de su pérdida. No cuando aún me duele pronunciar su nombre en voz alta porque no es más que un susurro soplando entre mis recuerdos.
Emi.
La que dio sentido a mi mundo. La que lo dejó todo por mí. La que me deshizo los huesos al cerrar la puerta de nuestra historia.
—Está bien. —Asiento y me pongo en pie. Después me despido de Carrie y Freddie.
Es hora de irme a mi casa. Esas cuatro paredes a las que llamo hogar por llamar de alguna manera, aunque hace años que renuncié a un espacio que escondiera la magia de la cotidianidad compartida.
Cojo mi coche, conduzco por las carreteras secundarias de Chicago y llego a mi apartamento con ganas de desconectar.
Una ducha. Una cerveza. Las noticias en la tele. Y el frío que no me ha abandonado al pensar en el pasado, aunque haya sido un segundo.
Yo ya no me permito pensar en Emi. Nunca lo hago. Hace daño. Pago muy caro cualquier pensamiento que lleve su nombre. Y eso es lo que me ocurre esta noche.
Me cuesta dormir. No sé por qué. Supongo que hoy es uno de esos días en el pasado pesa más. Mi cabeza se ha inundado de su mirada. De su risa. De sus manos en mi pelo. Y me estremezco.
Me duele. Los recuerdos me duelen. Ella me duele. Diciembre me duele.
Cierro los ojos. Trato de sacar fuerzas.
Espero que llegue un día en el que deje de hacerlo. Aunque algo me dice que eso no ocurrirá.


2 comentarios:

  1. Hola, no conozco a la autora, echaré un vistazo a sus libros, a ver si alguno me llama la atención. Gracias, y besos.

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  2. Una portada preciosa y una pinta increible.

    Saludos

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