El chico de la última fila, Susanna Cabana

miércoles, 12 de febrero de 2020

chico-ultima-fila-sausanna-herrero
Título: El chico de la última fila (#2 Serie Cabana)
Autora: Susanna Herrero
Género: romántica contemporánea
Editorial: autopublicada
Sinopsis:
¿Quién es Dylan Carbonell?
¿Ese chico indescifrable, de sonrisas invisibles y miradas impactantes, que copa las revistas y los medios de comunicación?
¿Un genio de la música?
¿La nueva promesa del rock and roll español?
«Subí las escaleras que daban acceso al escenario y me di de bruces con los miles de rostros que me esperaban, impacientes por escuchar el concierto de su vida. Todos ellos me deseaban de alguna manera. Mi cuerpo. Mi mente. Mis manos en los trastes de la guitarra. Todos, menos uno: Hugo Cabana, que me observaba desde abajo con pereza. Cuyas primeras palabras hacia mí no fueron felicitaciones por el espectáculo que acababa de ofrecer ni alabanzas sobre mi físico. Me resultó increíble, porque yo soy Dylan Carbonell, un guaperas. Impactamos. Hugo y yo impactamos. Y fue el fin del silencio».
Un concierto de rock and roll.Dos chicos. Uno, el cantante. Otro, el que acude para acompañar a sus amigos.Y el Mediterráneo esperando. El sol. Una pendiente muy inclinada y dos bicicletas. Una piscina y cabellos mojados sobre la frente. Miradas que se sostienen. Una tabla de surf y…¿Quién es el chico de la última fila?
PORQUE NO EXISTE DISTANCIA SI TÚ ERES EL CAMINO.

Ya está aquí la segunda histora de los Cabana, una familia literaria de la que nunca me cansaré, sus lealtadades, su precioso pueblo costero, sus chats y ese conocimiento profundo que tienen unos de otros que les sirve una mirada, una palabra escrita, para saber cómo se encuentra cada uno. Hugo, el mediano de estos cinco hermanos pasa en su libro una auténtica revolución, un vendaval, de nombre Dylan, que lo pone todo del revés.

Hugo es veterinario por vocación, estudió en Madrid y comparte unos días al año con los que fueron sus compañeros de piso en la capital para recordar viejos tiempos y no perder el contacto. En una de esas quedadas irán al concierto del cantante de moda, Dylan Carbonell, y jamás esperó que un cruce de miradas significara tanto. No puede decirse que el primer encuentro fuera sobre ruedas, más bien fue encontronazo y parece que ni siquiera se cayeron bien, pero algo hubo ahí, una corriente llena de notas que hizo a Dylan querer acercarse mucho más a ese chico rubio que le miraba con cierto aire de superioridad.

La vida de Hugo, tan tranquila y ordenada, se ve, a la vuelta de esas mini vacaciones, muy alterada, puesto que será el mismísimo Dylan quien se presente en su puerta, sin haber sido invitado, para pasar unos días una vez terminada su gira. Sin embargo, los días anteriores, pasados entre mensajes, parecían llevar a una amistad diferente, pero el último café no fue una bonita despedida, más bien un baño de realidad para Hugo que le hizo estar más reticente aún ante el cantante.

chico-ultima-fila-susanna-herrero

Dylan es puro caos, ya lo dice él, pero es fascinante estar dentro de su cabeza, asistir a sus monólogos interiores interminables, que pasan de un tema a otro sin orden ni concierto y percibir el mundo a través de sus sentidos. Todo a su alrededor lo transforma en notas musicales, cada persona es una nota y cuando escucha a Hugo todo lo creyó saber y sentir adquieren una nueva dimensión. No tiene más remedio que seguirle hasta su pueblo y estar con él, en su casa, creando nuevas rutinas compartidas a las que no ponen nombre, simplemente él disfruta de la familia Cabana y de su nuevo día a día.

Siguiendo una estructura parecida al libro de Priscila, la benjamina de la familia, en Aquel último verano, todo el libro está contado en primera persona por Hugo, con algunos capítulos de Dylan y pequeños atisbos de la vida de cada uno en distintos momentos clave de su vida. El contraste entre la infancia y adolescencia de uno y otro es abismal; donde uno tenía el cariño y apoyo incondicional de su familia, el otro tenía que lidiar con presiones para potenciar su don, para ser el mejor músico, sin una caricia o una palabra amable, todo a base de esfuerzo y humillaciones, sin ningún poder de decisión.

He disfrutado tantísimo de este libro, no solo de la pareja protagonista, también de cada uno de los hermanos, River, Marcos y Adrián, así como Álex y una gran sorpresa a cargo de este y Pris. Cada uno aporta un elemento a los demás, se complementan y aquí, Dylan, se integra a la perfección en esta familia numerosa y genial.

El progreso de Hugo y Dylan es gradual y ver cómo dejan atrás los miedos, van bajando las barreras que les impiden mostrarse cómo son, van confiando y conviviendo sin poner etiquetas más allá de la amistad porque, realmente, aunque hay cierta tensión entre ellos, ninguno se permite reconocérsela, por lo que lo único que les queda es afianzar esos lazos de amistad que surgensin casi pretenderlo.

Sin ninguna duda, te recomiendo muchísimo esta serie Cabana. La autora presentó aquí tanto a Pris como a Hugo, por lo que si aún no has leído esta serie, pásate para conocerles un poco mejor. Aquí vuelve a haber mucha música, reversionada y original, bailes que significan mucho, partidos de vóley, subidas al Peñón, confesiones, peleas y reconciliaciones, abrazos, besos y una de las confesiones de amor más bonitas y largas que he leído. ¿Se nota que me han enamorado? Creo que sí, muy fan de los Cabana y deseando seguir descubriendo sus historias. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario