Título: El vuelo de la mariposa
Autor: David Olivas
Género: narrativa romántica
Editorial: Plaza y Janés
Sinopsis:
A veces, el amor es más fuerte que el destino.
Y el destino es generoso con quienes lo merecen.
Después
de la muerte de su gran amor, Julia piensa que su vida también ha
terminado. Pero su viaje no ha hecho más que empezar. Y es que el
destino puede cambiar en unos segundos y ofrecerte una nueva oportunidad
para ser feliz.
La tragedia ha golpeado a Julia donde más
duele: en el corazón. Rota por la pena, regresa al pueblo de su
familia, cerca del mar, para intentar sanar de las heridas en compañía
de los suyos. Allí descubre la correspondencia entre sus abuelos,
Miguel y Candela, separados hace años cuando él tuvo que emigrar a
Alemania, donde falleció repentinamente. Ahora que su abuela está
enferma, Julia decide seguir las pistas de las cartas para conocer la
verdad sobre la muerte de su abuelo. Pero lo que descubrirá será mucho
más sorprendente de lo que piensa, un secreto capaz de dar un vuelco a
su existencia y abrir por fin la puerta a la esperanza.
Es la primera vez que leo al autor y menuda historia llena de sentimiento, emoción, búsqueda de las raíces y un duelo inesperado pero no por ello menos doloroso. La protagonista, Julia, tiene que enfrentarse a una pérdida brutal y su familia, así como el recuperar el gusto por su labor de investigación como periodista la salvarán de una deriva vital que parecía inevitable.
El prólogo no puede ser más potente, una mujer que se enfrenta a su último día en el trabajo, previo a las vacaciones, pero que ves cómo su pena, su desasosiego, la sigue como una sombra y estalla cuando ve en el buzón el nombre del que fue su novio. A partir de ese momento vas a tener varios flashbacks que te llevarán a los días previos a la pérdida que va a marcarla para siempre.
Esa parte del pasado es muy auténtica, es bonita, tiene la ilusión de una pareja que es feliz y que quiere seguir siéndolo durante mucho tiempo. La alternancia con la Julia del presente es un duro contraste de ese duelo, aunque si bien parece que las semanas pasadas han quedado atrás, el presente se abre ante ella con cierta esperanza, con una decisión de seguir adelante.
Buena parte de esa decisión se la da su familia, preocupada por ella desde que ocurrió la tragedia. Los padres de Julia, su hermana y su abuela viven en Cudillero, un pequeño pueblo asturiano, donde se crió, y donde la vida se mantiene inalterable, igual que siempre. El ritmo de Gijón es distinto, pero su trabajo en el periódico está allí y solo regresa cada cierto tiempo de visita. Esas vacaciones tienen que servirle para desconectar de todo y terminar de reponerse, lo que es así, además le suponen una chispa en su apagada curiosidad, pues su abuela le entrega unas cartas que le mandó su abuelo cuando este emigró a Alemania a finales de los años setenta y desde donde no volvió porque falleció allí a los pocos meses de llegar.
Esta historia del pasado, esa pérdida de su abuela, siente que las conecta y tras leer las cartas repetidas veces siente que algo no cuadra, que lo que les dijeron parece no ser toda la verdad y se decide a viajar hasta Hamburgo para investigar un poco más acerca de la misteriosa muerte de su abuelo. Deja en España a su compañera de trabajo, Mónica, y su hermana, a punto de entrar en la universidad, para que sigan investigando desde aquí mientras ella realiza el trabajo de campo.
Será en esa ciudad donde encuentre muchas más preguntas que respuestas, pero también donde vuelva a sentir todo aquello que creyó que nunca más volvería a sentir por nadie. Su insinto la llevará a tirar de cada hilo, aún poniendo en riesgo su vida, para averiguar toda la verdad de lo que ocurrió hace tantos años.
La narración de esta historia es una de las cosas que más destaco; te envuelve desde el principio y te encoge el corazón leer esas partes del pasado, esa cuenta atrás que hizo que la vida de Julia se pausara en las calles de París y volviera a coger ritmo con una investigación llena de misterio y giros imprevistos. Las conversaciones de Julia con su abuela son sumamente emotivas, pero hay una en concreto que mantiene con su madre sobre el tiempo que tiene que pasar desde que se sufre una pérdida como la que sufre Julia hasta que se considera repuesta para volver a enamorarse que me parece muy reveladora porque yo tuve la tentación de juzgarla y es verdad que nadie más que una misma es quien debería tomar las decisiones de su propia vida.
La vida de Julia va avanzando por un camino que nunca imaginó que recorrería, desde las calles de su infancia hasta el Gijón de su vida adulta, pasando por un París ilusionante y trágico a la vez, para finalizar en Hamburgo donde un nuevo desvío la llevará a una nueva etapa. Todas las piezas del puzle acaban por ensamblarse y te quedará una sensación de haber cerrado un círculo.
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