Autores: Gretchen Berg
Género: narrativa
Editorial: Duomo
Lo primero que quiero comentar acerca de este libro es la portada porque me parece preciosa. Ese aire retro, con los colores tan vivos y que tan bien refleja el día a día de la protagonista, Vivian. Vas a adentrarte en la vida de una pequeña comunidad de Ohio, a principios de los años 50, a elucubrar sobre los secretos de unos y de otros y a enterarte de todos los cotilleos porque si de algo saben las mujeres que trabajan en Bell, es de cotilleos.
Vivian trabaja como operadora en la centralita de Wooster, una pequeña población de Ohio, y vive una vida apacible junto con su marido y su hija adolescente. No son ricos pero sí puede darse un capricho de vez en cuanto y por supuesto, tiene una idea bastante aproximada de las vidas de sus vecinos porque trabajar en la centralita y no escuchar las conversaciones de todos ellos sería casi un pecado. Además, como ella misma dice "conoce a la gente", y escuchar lo que tienen que decir no hace más que corroborar esas ideas.
Pero todo su mundo explota cuando escucha la conversación que mantiene Betty Miller, la hija del alcalde y unas de las mujeres más ricas de Wooster, con otra mujer desconocida y se entera de un cotilleo que puede arruinar su vida. En un primer momento no sabe qué hacer con ese bombazo y ni sabe qué hará Betty con él, por lo que resuelta a salir lo más indemne posible de la situación, pondrá en marcha toda una serie de acciones que la llevarán a investigar el pasado que debería estar más que cerrado.
A la vez que se entera Vivian de todo esto, el banco del pueblo es robado y los fugitivos huyen de la justicia, pero en realidad, a la gente solo le interesa recuperar su dinero, cosa que hace el alcalde, dueño del banco, mientras los fugados siguen en paradero desconocido.
Puede parecer que no pasan muchas cosas, pero cada detalle es importante porque Vivian parece despertar de un largo letargo y está dispuesta a todo por minimizar los daños que esa información puede ocasionarle tanto a ella como a su familiar. Verás las lealtades con las que cuenta, las envidias que despierta y sus propios prejuicios porque si algo tiene Wooster es que es una localidad donde reina el orden, aunque verás que lo que más estable parecía, también resulta estar construido con una base que puede venirse abajo en cualquier momento.
Con esta historia he tenido algunos altibajos lectores porque si bien, al principio, quieres enterarte del gran cotilleo que deja a Vivian casi fuera de juego, una vez descubierto, parece que todo se calma demasiado; sin embargo, la recta final tiene bastante ritmo porque se van destapando secretos de muchos de los habitantes de Wooster que arrastran a otros tantos y te das cuenta de todo lo que ocultaban solo por aparentar. Las relaciones de Vivian con sus hermanas son muy particulares y a lo largo de la novela asistes a los hitos más importantes que las han hecho como son, así como la determinación de seguir adelante, pase lo que pase.
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