Autores: Ester Isel
Género: romántica contemporánea
Editorial: Kiwi
Olivia renunció a su futuro para ocuparse de la pastelería familiar tras el fallecimiento de su padre. Tres años después, está dispuesta a afrontar nuevos retos y cumplir su sueño de ir a la universidad, pero antes pasará dos semanas en Sivard, el anodino pueblo de su mejor amiga Ella. La inesperada llegada de Alan LeBlanc, un consagrado escritor que se recluye para finalizar su último manuscrito, lo cambia todo. Un «¿por qué no?» es lo que necesitan para arriesgarse a iniciar una historia de las que deja huella.
Cuando vuelven a encontrarse en la facultad y Olivia descubre que van a verse a diario, se arrepiente de haberse marchado de Sivard sin una despedida. Él va a presentar su libro y ella busca un hueco en el ámbito académico, su relación supone un obstáculo que echaría a perder las ambiciones de ambos. Sin embargo, las emociones de meses atrás siguen palpitando, el deseo y la conexión no se disipan con facilidad.
Hay instantes que nos marcan, pero ¿son suficientes dos semanas para grabar un «nosotros» en la piel? ¿Vencerán los convencionalismos y hallarán un modo en el que convertirse en ese ansiado plural?
Os hablo hoy de la novela que ganó el VII Premio Romántica Kiwi y que la autora ya presentó en el blog con un extracto muy especial. Aquí vas a encontrar un amor que quiere superar límites y barreras, muchos de ellos autoimpuestos, pero que no siempre es fácil, y en un momento u otro, tanto Olivia como Alan serán los que pongan distancia el uno del otro.
La vida de Olivia dio un vuelco en el momento más determinante de su vida; mientras que sus compañeros iba a la universidad y salían de sus casas para comenzar una nueva etapa, ella se tuvo que quedar en casa y hacerse cargo del negocio familiar. Sin embargo, eso solo fue un alto en el camino y ha llegado el momento, años después, de comenzar la aventura que le llevará a cumplir sus sueños.
El verano previo a comenzar la universidad tenía que haber sido todo relax con su mejor amiga en la casa de la abuela de esta, pero el ritmo de los lánguidos días cambia cuando conoce a un hombre con cierta aura enigmática y por el que siente una inevitable atracción.
Alan necesita tranquilidad para terminar su libro, o más bien para estructurarlo y comenzarlo porque va muy atrasado con las fechas de entrega. Escribe manuales técnicos universitarios y la documentación y redacción se les resisten en esta ocasión. Decide apartarse de todo y pasar unos días en un lugar un tanto aislado, pero la máxima distracción estaba esperándole cuando conoce a Olivia. Lo que no imaginó es que ella le dará esquinazo cuando pensaba que los dos habían sentido algo especial.
Como puedes imaginar, esto es solo el principio, y tras ese flechazo, se volverán a ver en una situación un tanto incómoda porque coincidirán en la universidad y aunque parecen estar seguros de lo que sienten, dar un paso en falso les puede costar muy caro.
En general, es una historia que se lee rápido y tiene muchos ingredientes atrayentes. Me ha gustado que Alan sea escritor pero no de novelas como podías creer en un princpio, si no de manuales de estudio; por otro lado, el empuje de Olivia es admirable, reponerse a una situación personal tan delicada y perseguir su sueño. Sin embargo, la ambientación, sobre todo en la primera parte, en verano, no me ha parecido que estuviera en Estados Unidos, podría haber sido un pueblo perdido de España. Y por otro lado, la relación entre ellos, el primer momento, es muy precipitado, aún sabiendo que es un flechazo, cosa que me encanta, quizá le ha sobrado algo de intensidad, porque al volver a verse, podría haberse desarrollado todo con más calma.
Así que, si te gustan las novelas con grandes sentimientos, ambientadas en la universidad, casi de profesor y alumna, puedes dar una oportunidad a la historia de Olivia y Alan y comprobar si son capaces de encontrar ese instante mágico en el que son ellos y solo ellos.
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