Autores: Andrea Longarela, Neïra
Género: romántica contemporánea
Editorial: Zafiro
Valentina lleva un vestido blanco con mucho tul y zapatos azules. Pablo la espera en el altar y, mientras camina hacia él, los invitados suspiran, un cuarteto de cuerda toca My Girl y pequeñas motas de purpurina caen del cielo.
Bonito, ¿no? Pero lamento decirte que solo se trata de una de sus fantasías, porque la triste realidad es que Pablo ya no la quiere y que será Adela la que muy pronto camine hacia él para jurarle amor eterno. Por si esto no fuera poco, Valentina tendrá que asistir a la boda, y por si no te parece lo bastante humillante, ha prometido que lo hará acompañada de su nuevo y flamante novio. Aunque si pensabas que ninguna desdicha podía superar a estas, déjame que te confiese que todo es pura invención y que está sola, triste y muy lejos de enamorarse.
¿O quizá no?
Puede que el amor la esté esperando a la vuelta de la esquina y aún no lo sepa. Puede que Diego esté dispuesto a mucho más que a ayudarla a conseguir un acompañante para la boda. Puede que, entre cita y cita, ambos desvelen algunas verdades que ninguno se atrevía a afrontar.
Porque cuando Diego está cerca, Valentina tiene miedo.
Valentina tiene dudas.
Valentina recuerda que comparten un secreto.
Menuda comedia te trae Neïra para alegrar estos oscuros días de otoño. Una divertida historia donde la protagonista, Valentina, tiene que enfrentarse a un amor acabado, tiene que reconstruir su orgullo y tiene que decidir si arriesgarse de nuevo merece la pena. Escenas muy divertidas, locas, momentos entre los protagonistas especiales y que reflejan todo su pasado.
Valentina tiene que encontrar una cita que llevar a la boda de su ex. Con esta premisa arranca este libro y puede parecer una locura que quiera siquiera acudir, pero es que Valentina no puede decir que no a Pablo, no cuando le pidió que siguieran siendo amigos, no cuando le dijo que siguiera formando parte de su vida ni, por supuesto, cuando la invitó a su boda.
Ha pasado ya un año desde la ruptura y Valentina no se explica que le siga doliendo; quizá sea más complicado por el hecho de que Pablo sea un amor de hombre y no pueda odiarle, pero es que tanto él como su familia son también un poco la suya. El único que la saca un poco de sus casillas es Diego... ¡el hermano de Pablo! y quien le ha prometido ayudarla a encontrar pareja para la boda de su hermano.
A lo largo de varias citas irás viendo cómo ha estado viviendo Valentina los últimos meses, y lo que es más importante, cómo llegaron a su vida los hermanos Melgar, cómo fue ese primer encuentro con Diego y cómo este conllevó que conociera a Pablo y será entonces cuando vayas comprendiendo muchas cosas de la dinámica que han estado teniendo durante tres años.
Porque sí, lo has adivinado, las señales de que ambos podían sentir algo más el uno por el otro han sido muy sutiles y ambos han ejercido un férreo control sobre sus sentimientos: Valentina porque salía con Pablo y Diego porque nunca ha tenido una relación, tonteaba con Brenda, la amiga de Valentina y porque jamás haría que su hermano pequeño sufriera.
Ha sido fantástico seguir esta historia porque ha sido toda una montaña rusa de sentimientos, de querer pero frenarse, de darse excusas a uno mismo y a los demás. La química entre Valentina y Diego es brutal, en solo unos pequeños gestos, momentos robados que no iban más allá pero que eran un mundo para ambos y que solo existían dentro de ellos; la lealtad familiar es un valor indiscutible para Diego y cada decisión que tomó desde que conoció a Valentina estaba basada en ella, pero, ¿qué ocurre cuando no existen barreras objetivas?
No te pierdas la historia de esta profesora que tiene que encontrar el amor a ella misma por encima de todo y del dueño de un gimnasio que una vez dejó ir a la mujer por quien sintió una corazonada difícil de eludir. Su historia se va hilando poco a poco y vaya si se convierten en confeti en el momento más indicado.
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