Autores: Alice Kellen
Género: romántica contemporánea
Editorial: Planeta
Lucas es familiar, impulsivo y transparente.
Juliette es fuerte, introspectiva y liberal.
Él vive en Vallecas, trabaja en un taller de coches junto a su mejor amigo y por las tardes tocan en un grupo de música que marcará el curso de sus vidas para siempre.
Ella ha crecido con su abuela en un barrio acomodado, pero sueña con ser independiente, volar alto y dejar huella en el corazón de alguien.
Una noche de 1978, en pleno estallido de la movida madrileña, sus caminos se cruzan. Entonces surge la atracción, el deseo, el amor. Un amor radiactivo que lo arrolla todo a su paso mientras los dos se vuelven inseparables en un ambiente desenfrenado lleno de cambios, atrapados entre el éxito y el fracaso, la luz y la oscuridad, el perdón y el orgullo.
Pero Lucas es imperfecto.
Y Juliette guarda secretos.
¿Es eterna la pasión? ¿Se pueden olvidar la mentira y la traición sin que queden esquirlas?
¿Qué ocurre cuando dos meteoritos que prometieron ser invencibles colisionan?
Su amor es imperfecto, pero es su amor imperfecto.
Hace solo un rato que he terminado el nuevo libro de Alice, estoy escribiendo esta reseña mientras escucho la lista de música que ha hecho en Spotify y ya he dicho a varias veces a mis amigas que cada historia de esta autora me gusta más que la anterior. La delicadeza está presente en cada página, como en sus primeros libros, pero está dando cada más profundidad a los personajes, explorando épocas y momentos que nos van definiendo, protagonistas con luces y sombras que se conjugan, que toman decisiones y aciertan unas veces y se equivocan otras pero que son ellos mismos. Este libro es tan completo que solo puedo decirte que lo leas, disfrutes cuando toca y sufras en otras ocasiones con ellos. Y os hago ahora una confesión, yo, que nací a mediados de los 80 siento que esa década marcó de alguna manera la memoria colectiva de todos los que vinimos después, que aún sin vivirla, sentimos una absoluta fascinación por esos años. Ahora sí, voy con Juliette y Lucas.
Juliette es una chica a la que han criado sus abuelos y que siempre ha sentido a su madre distante, por no hablar de su padre, francés, con quien perdió pronto el poco contacto que tenía. Su abuela Margarita fue quien ejerció de madre, junto con su abuelo, serio y tradicional. Su vida transcurrió sin grandes sobresaltos ni para bien ni para mal porque la posición acomodada de la familia no la llevó a plantearse qué quería hacer con su vida. Eran finales de los 70 y lo que sí sintió siempre fue atracción por el arte, por eso, un día entró en la galería que había al lado de su casa porque llevaba tiempo enamorada de un cuadro. Eso cambió su vida porque el galerista la puso en contacto con un pintor y este con un agente. La carrera de Juliette estaba a punto de dejar de ser algo abstracto.
Lucas nació y creció en Vallecas, un barrio humilde de Madrid. Su familia siempre fue su núcleo, siempre fueron su prioridad, sus padres y su hermano pequeño, Samuel. El colegio, los juegos en la calle con Marcos, sus primeras cervezas en el bar del barrio y sus primeras horas laborales en el taller de reparaciones del padre de Marcos. Sus aspiraciones en la vida eran sencillas, pero cuando su tía le regaló la guitarra de su primo, lo que empezó como una distracción se fue convirtiendo en algo divertido que hacer con su amigo, en una forma de participar en la noche madrileña donde todo era experimentación, horas interminables compartiendo momentos libres de preocupaciones. Buscaron a un batería y nació Los Imperdibles Azules.
Si bien sus orígenes hacían difícil que Juliette y Lucas se conocieran, los caminos que toman en su juventud hacen que se encuentren en la barra de un bar y dé comienzo la historia más importante de sus vidas. Ese primer encuentro es para enmarcar, ves esa faceta algo chula de Lucas, notas, como Juliette, que no es como otros chicos, es franco y transparente, un contrapunto para ella, que se ha mantenido tras unos muros impenetrables que no ha dejado traspasar a nadie. Esa chispa que salta entre ellos, ese algo que ven en el otro hace que apuesten por ello, no dejan que se diluya en una noche de fiesta y ahí comienza todo. Pero no creas que encajan a la perfección, son dos personas muy distintas que tienen en común algo muy poderoso pero que, con el tiempo, puede llegar a no ser suficiente.
En esa década de los 80 es cuando se desarrolla su historia. Los capítulos van alternándose y puedes ver las dos vesiones, ese avance hacia lo inevitable. La carrera como modelo de Juliette sufre algunos altibajos, en los que siempre estuvo a su lado Pablo, su agente, pero aunque llega el éxito cuando menos lo esperó, no era su mayor sueño porque buena parte de la novela muestra esa insatisfacción vital, el no saber cuál es su objetivo, qué la mueve; por otro lado, la incoporación de Carlos como batería al grupo, da una nueva dimensión a todo lo que hacían Lucas y Marcos, fue algo más profesional y año a año siguieron creciendo, así como avanzaron las lacras que iban de la mano: alcohol, drogas y muchos excesos.
No puedes dejar de leer esta historia, es así. Quieres llegar a saber en qué momento el título cobra sentido, porque están contando su historia de forma alternativa incidiendo en momentos que con el tiempo resultarían cruciales; tienes que seguir esos años de destellos y luces incandescentes para llegar a esos otros cubiertos de desencanto, sombras y toda esa cara B. Los grupos, periodistas, locales reales se intrincan con estos personajes de ficción y al final piensas que por qué no, que seguro que una historia similar ocurrió tal cual. Te atrapa esa atmósfera de libertad recién adquirida, ese buen rollo, ese expresión en la moda de todo lo que se llevaba por dentro hasta entonces.
He amado cada escena, cada diálogo, las partes buenas, por supuesto, pero de las tristes y agridulces es donde más valoro lo imprescindible que es una historia porque reflejan de forma más fiel lo que es la vida. No es todo vino y rosas, es en lo momentos complicados donde está la diferencia. Tanto Juliette como Lucas tienen mucho que resolver, cuentas pendientes consigo mismos para poder estar para el otro.
Amor, insatisfacción, felicidad, excesos, arte, dolor, belleza, rencor, esperanza. Contraposiciones todo el tiempo que te mantiene, literalmente, en vilo hasta el final. De los libros que te dejan resaca y escenas asociadas a canciones míticas. Gracias, Alice.
¡Hola, hola!
ResponderEliminarEstoy ahora mismo con esta lectura y me parece algo muy diferente a lo que había leído de la autora hasta ahora. Me está gustando mucho y me tiene totalmente en ascuas de que va a pasar.
un abrazo
Lectora y espectadora de La biblioteca de un quinto piso
¡Hola! Me gusta mucho cómo escribe esta autora y además no dejo de ver buenas opiniones de este libro, así que anotado está para cuando pueda leerlo :)
ResponderEliminar¡Un besito!
¿me lo recomiendas?
ResponderEliminar