Autores: José Antonio Lucero
Género: narrativa histórica
Editorial: Ediciones B
Cualquier vida puede cambiar en un minuto
En el invierno de 1943, Madrid se despereza entre las ruinas de la guerra. En los suburbios de la ciudad, Daniel esconde su verdadera identidad y, con ella, su pasado en el conflicto. En el otro Madrid, el de los cafés de tertulia y los escaparates de la calle Serrano, Julita empieza estudiar letras en la universidad y siente la necesidad de separarse del futuro que su familia siempre había prefijado para ella.
El minuto que tardan dos trenes en chocar
Unidos por la fuerza del destino, los dos jóvenes coincidirán en un largo viaje en el expreso desde Madrid hasta La Coruña, huyendo de lo que otros han planeado para ellos. Allí se conocerán y verán nacer su complicidad, sin saber que el tren está abocado a una catástrofe que cambiará sus vidas para siempre.
El minuto que tardan dos miradas en cruzarse
La vida en un minuto rescata un episodio tristemente desconocido de la posguerra, la tragedia de un choque ferroviario que se saldó con cientos de víctimas y que fue silenciado por la prensa del régimen franquista. Lo hace para mostrarnos que el amor y la vida, a veces, pueden nacer entre los escombros.
El balance de esta novela ha sido positivo en todos los aspectos: ambientación cuidada, personajes con secretos que se rebelan contra las normas de la época y otros malos malísimos, ritmo ágil con una estructura que te hace querer seguir leyendo sin querer abandonar la lectura en ningún punto y el tratamiento más que correcto de una tragedia nacional poco o nada conocida hoy día. Esta novela histórica me ha encantado, he sufrido con la vida de Daniel, he animado a Julita para que no cediera en las situaciones tan desagradables que se le presentan y, por supuesto, me he estremecido ante el suceso en cuestión, el accidente ferroviario que se cobró la vida de tantas personas.
La acción se sitúa en el 1944, en los primeros años de esa posguerra tan dura. Daniel vive o malvive en el parque del Oeste, en una de las estructuras que la batalla dejó atrás. El objetivo que tiene es sobrevivir a cada día y buscarse el sustento donde puede. Es originario de El Bierzo pero no es hasta que da su diario a Rafael el Cojo, tabernero y quien le ayudó en los primeros días en Madrid tras el final de la Guerra, cuando conoces quién es Daniel, quién es su familia y cómo pasó los años de contienda.
Esta familia es especial, son serfardíes, españoles judíos expulsados de España por los Reyes Católicos que, pasadas generaciones, pudieron volver al país. Así lo deciden los padres de Daniel, quines se mudan con este, su hermano mayor y sus dos hermanas pequeñas desde Grecia. La vida en el campo no es fácil pero sí honrada y Daniel pasa su infancia de forma sencilla y feliz, con su familia y entre libros, su gran pasión. El anuncio de la Guerra lo trastocará todo y llevará su camino por momentos peligrosos y agónicos hasta llegar a Madrid. Daniel creyó que la gran ciudad le daría el anonimato que necesitaba, pero cuando no es así y ve cómo está cada vez más cerca la rendición de cuentas de lo que pasó años atrás, no tiene más remedio que tomar la decisión de huir al único sitio donde se siente en casa.
Julita estudia en la universidad, quiere ser maestra, pero también es novia de Jorge, un estudiante de Derecho cuyas ideas no casan con ese pensamiento liberal que tiene ella. De familia adinerada, los pasados años sí han sido diferentes pero no les ha afectado igual que a otras familias, por lo que su día a día en el Barrio de Salamanca, uno de los más ricos de la capital, sigue prácticamente igual. La relación con Jorge sigue, en cierta medida, una inercia cuyo fin será el matrimonio y los hijos, sin embargo, en la Nochevieja de 1943, Jorge se desenmascara y hará que Julita quiera tomar una decisión que le cuesta mantener por las presiones que sufre.
La vida de estos dos jóvenes, Daniel y Julita, se entrecurzarán en un andén y el trayecto que hará el tren desde Madrid hacia el noroeste, viaje que dura prácticamente un día y donde habrá momentos para muchos intercambios. Julita necesita unos días de tranquilidad, por lo que va, junto a su madre, al pueblo de su abuelo y Daniel necesita vovler a su casa, reconciliarse con el pasado y escapar del cerco al que se ve sometido por la policía.
Como ves, las razones de ese viaje son muy distintas y ellos no pueden serlo más, pero la poesía es un punto que tienen en común y verán en el otro a alguien digno de confianza para sincerarse. La narrición no es lineal, si no que va pequeños saltos adelante y atrás que hace que vayas viendo diferentes focos de acción, en Madrid, en el tren, en las diferentes paradas y a la vez que quieres saber qué pasa con los protagonistas, hay aparciciones de personajes que no esperabas para nada, te vas acercando inexorablemente a momento en que todo sucedió y se produjo el siniestro.
Destaco la ambientación, tanto del Madrid de la posguerra, como de la actividad de la guerrilla en el norte durante los años de contienda, cómo están perfilados los personajes, cómo Julita duda de muchas de las decisiones que tiene que tomar porque le pesa la educación y las costumbres, la complejidad de Daniel y todo lo que arrastra pese a su juventud y esa estructura que, de verdad, te hace decir en numerosas ocasiones eso de "venga, unas páginas más".
No puedo más que recomendarte esta novela si te gustan las historias de encuentros fortuitos que resultan girar del todo la vida de los personajes, si te gustan las novelas ambientadas en la posguerra, didácticas y amenas y que cuentan episodios silenciados de la historia. Amor, clases sociales, política, tensión y secretos, todo esto y mucho más!
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