Te espero en el fin del mundo, Andrea Longarela

Título: Te espero en el fin del mundo
Autores: Andrea Longarela
Género: new adult
Editorial: Cross Books

Sinopsis:

Violet y Levi se conocen desde niños.
Él sueña con crear un hogar.
Ella, con escapar del suyo.
Son mejores amigos, siempre están el uno para el otro y, cuando empiezan a crecer, se dan cuenta de que sus sentimientos también lo hacen.
Intensos. Imparables. Únicos.
Pero Levi desea echar raíces entre montañas mientras que Violet quiere volar muy alto y comerse el mundo.
Es posible que no existan dos personas más incompatibles que encajen mejor.
Una cabaña abandonada, una colección de figuras de madera y un amor de los que marcan toda una vida.
El de Levi, el chico que hacía muchas preguntas,
y el de Vi, la chica que tenía todas las respuestas.

¿Con quién te gustaría estar si supieras que mañana se acaba el mundo?

¿Novelas que te encojan el corazón, que leas poco a poco y de las que no quieras llegar al final porque significará que tienes que despedirte de los personajes? Esta es una de esas, una historia de un chico y una chica que se conocen siendo niños y descubren en la amistad del otro lo más valioso: comprensión y hogar, y que a lo largo del tiempo los vas a ir acompañando en sus caminos. Recomendada al cien por cien porque además de ser una muy buena historia, está contada de una forma sublime, recordándome por momentos a Taylor Jenkins Reid, lo cual es un absoluto plus. Me ha encantado.

 

Levi es un chico algo serio, tranquilo, que tiene los amigos justos y cuya familia es amorosa y sin ningún tipo de trauma. Con una vida algo planificada, pues se encargará cuando crezca del negocio familiar de construcción, pero cuando conoce a Violet, su mundo da un pequeño giro, un sutil movimiento que lo saca de su eje y que marcará el resto de su vida. Se encuentran siendo muy niños cuando Violet se muda con su padre al haber heredado una casa familiar y comienzan así los encuentros entre ellos llenos de aventuras, de descubrimientos y de momentos íntimos porque solo los comparten ellos, solo Levi le da una oportunidad y ella tiene suficiente.

 

Aunque he empezado hablando de Levi, Violet es el personaje central de la novela. Creo que ambos pueden considerarse protagonistas pero es que la personalidad y el desarrollo de Violet son arrolladores. Se nota que tengo debilidad por ella, ¿verdad? Fue una niña que vivía en su propio mundo, sin necesidad de nadie que la acompañara más allá de Levi y del viejo Russell, el cascarrabias del pueblo que escondía un corazón de oro; el padre de Violet es un personaje que cuesta entender, sus razones para ser así, un hombre alcohólico, abandonado, que es incapaz de remontar, si siquiera por su hija, pero ella, desde bien pequeña, cuida de ambos y tiene el firme propósito, según va creciendo, de seguir haciéndolo.

 

Un pequeño pueblo de Montana es el testigo de esos juegos infantiles y de esa entrada en la adolescencia donde todo se revoluciona y las hormonas hacen su apararición porque era inevitable y todos parecían verlo venir excepto ellos; sin embargo, el sueño de Violet jamás fue verse toda su vida rodeada de montañas, por lo que gracias a la generosidad de las personas que la quieren, emprenderá una carrera de fondo para conseguir alcanzar su sueño: hacer algo en la vida, ser reconocida y dejar huella. Puede parecer un sueño impreciso pero también eso forma parte de ella, el lanzarse a explorar las distintas posibilidades.

 

Como ves, el drama de la separación está servido y no solo afecta a la parte más romántica de la novela, si no que asistes a un desarrollo individual de cada uno más allá de quiénes eran cuando se tenían cerca. El reflejo del mundo del cine, de las celebridades, del encumbramiento y caída en desgracia y todos los tonos de gris que hay en medio y cómo afecta todo ello a unos sentimientos que no pueden tener el cuidado que necesitan. Van apareciendo más personajes que son importantes en las vidas de ambos y que pueden hacer que sus caminos se bifurquen para siempre.

 

Al principio ya te había dicho que es una lectura que te encoje el corazón pero a la vez que disfrutas muchísimo. Grande Violet, que cuenta en primera persona todos esos años de infancia, juventud y su etapa en Los Ángeles, su amor por su padre y cómo se busca a ella misma constantemente. Y sí, también Levi habla en primera persona y aporta ese contrapunto, de una vida aparentemente organizada que no resulta ser tan maravillosa como siempre pensó que sería y el planteamiento de cómo llegar a ser feliz uno mismo sin necesidad de que esa felicidad dependa de otro.

De principio a fin te atrapa y te envuelve, he marcado infinidad de frases y escenas y creo que puede decir, sin miedo a equivocarme, que esta novela de la autora será una de mis favoritas de todo lo que ha escrito y escribirá.