Autores: Silvia Ferrasse
Género: romántica contemporánea
Editorial: autopublicado
Pura y absoluta montaña rusa de emociones. No puedo empezar de otra forma esta reseña porque lo que ha logrado Silvia con esta primera parte de su segunda bilogía es que vaya del mundo de Lucía al de Érica alternativamente y que tenga mil ganas de verlas juntas, cuando todo encaja y tiene sentido y todo está bien, peeero, aún les queda mucho camino por recorrer y estoy desenado que llegue el desenlace, sí, porque este viaje que comenzó con pequeños retazos para estas dos amigas en Mil primveras en una casa vacía y Mil primaveras a la orilla de tus abrazos no ha hecho más que empezar.
Lucía y Érica son amigas desde que eran pequeñas; junto con Susana, Jota y Andrea forman un círculo inseparable de apoyo y confianza... o no, porque aquí van a aflorar tensiones ocultas que te dejan boquiabierta; pero en un principio ves que sus dinámicas de amistad son estables, se pican, pasan buenos momentos juntos y están en los bajones. El bajón de Érica parece durar demasiado porque de todo el grupo de amigas es quien parece estar más perdida: sin haber terminado los estudios, el sueño de estudiar danza se vio truncado hace años cuando tuvo que dejarlo todo para ayudar económicamente en casa. Ahora, al borde de los treinta, siente que no ha conseguido nada, que no ha termiando nada y que no tienen ninguna esperanza de futuro.
A este sentimiento de incomodidad y casi de decepción consigo misma, se unen los sentimientos que, por fin, se ha permitido reconocerse: está enamorada de Lucía. El momento no ha podido ser peor porque Lucía tiene novia y ya no sabe cómom gestionar todo eso que siente, no sabe a quién decírselo para desahogarse y de verdad que parece una olla a presión a punto de estallar.
Lucía comienza este libro bien, puedes pensar que teniendo un puesto de enfermera en un hospital que está a gusto, con buenos compañeros, con la posibilidad de ascender y con novia no habría nada de lo que preocuparse, ¿no? Pero nada más lejos porque la relación con Carla no es idílica, las cosas en el hospital tienen su propio ritmo y está la cuesión de su color de piel, que traspasa toda su vida, todas sus relaciones y todas sus percepciones.
No pienses que esta relación es un imposible porque Lucía ha estado enamorada de Érica toda su vida, solo que se cansó hace mucho de sufrir e ilusionarse y más que "desenamorarse", se obligó a dejar eso atrás y mirar solo hacia adelante. Sin embargo, ¿qué haría si se enterara que los sentimientos que mantiene encerrados por pura fuerza de voluntad son correspondidos?
Te aseguro que no te vas a aburrir ni un solo momento conociendo más a Lucía y Érica, me han encantado las situaciones cómicas en las que se ve envuelta Érica, la dulzura y amabilidad de Lucía, cómo cada una tiene varios círculos de confianza, y cómo las ves absolutamente reales en cada uno. Silvia ha creado un universo pleno de casi treinteañeros muy reales, personajes tridimensionales que te hacen seguir su historia como si de una serie de televisión se tratara. Las segundas oportunidades, el racismo, el amor sano, la amistad y todas sus complejidades, todo esto y mucho más tratado de manera magistral, de verdad, ha sido un placer inmenso leerlas y deseando mucho, muchísimo, leer el desenlace porque el final de este libro es de absoluto infarto!!
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