Autor: Beth Reekles
Género: comedia romántica
Editorial: Planeta
Prepárate para una buena dosis de amor, humor, drama, sonrisas y muchas emociones.
Para los habitantes de London Lane, un simple trozo de papel debajo de cada una de sus puertas está a punto de cambiar sus vidas.
¡¡¡URGENTE!!! Debido a la situación actual, la administración del edificio ha decidido imponer una cuarentena de siete días en todos los edificios de apartamentos en London Lane.
De la noche a la mañana, los ocupantes de los pisos deberán permanecer siete días encerrados a veces con alguien que no esperaban volver a ver así que esta situación inesperada provocará más de un malentendido…
Reconciliaciones, rupturas y amores llenarán una semana en la que las amistades se pondrán a prueba mientras todos luchan por salir ilesos. En medio de todo el drama, una cosa queda clara: la vida está llena de sorpresas...
Qué libro tan divertido, a pesar de ambientarse en un entorno por todas conocido, pero creo que esta clave de humor y amor en la que lo cuenta la autora, ayuda a no tener esos malos recuerdos asociados y quedarte solo con la propia historia de cada uno de los habitantes de este edificio londinense. Si bien el confimamiento es algo que pasamos todas, aquí van un paso más allá y es la junta del edificio quien decreta el confinamiento por una semana de los inquilinos de London Lane porque se ha detectado un caso positivo de un contagioso virus; al más puro estilo chino, donde los edificios han sido blindados, será el conserje de la finca quien vele por que ningún vecino se salte las normas.
La variedad de historias hace que sea una lectura extremadamente ágil y que quieras saber cómo se va desarrollando cada una hasta llegar al séptimo día de la semana, el domingo en que todos serán libres apra abandonar sus hogares. Lo que está claro es que ellos no serán los mismos. ¿Quieres saber más quién ocupa cada apartamente? Te cuento:
En el apartamento nº 14, Imogen se dispone a largarse sin despedirse de Nate, el chico con el que se acostó la noche anterior y que tenía que ser solo eso, un rollo; ni siquiera recuerda su nombre cuando sale con la camiseta de Los Ramones del chico en cuestión, dispuesta a seguir con su loca vida. Cuando el conserje le indica que no podrá salir, tendrá que volver al piso y convivr con un desconocido durante siete días. Nate es todo orden e Imogen es todo un torbellino, personalidades más que opuestas que tendrán que convivir a la fuerza e ir conociéndose, pero ¿qué pasará cuando descubran en el otro cosas que les atraen y termine el confinamiento?
Ethan comparte piso con su novia Charlotte desde hace meses, concretamente, el apartamento nº 6. Su trabajo a tiempo completo como videoblogger hace que tenga que estar en casa prácticamente todo el tiempo y está deseando que Charlotte regrese de casa de sus padres para retomar su agradable rutina. Cuando se da cuenta de que no podrá entrar por el cierre del edificio, el mundo se le vendrá encima y llegará, tras unos pensamientos algo obsesivos, a una decisión trascental; ahora solo tiene que encontrar la mejor manera de comunicárselo a su novia, pero nunca pensó que una conversación tan privada tendría un alcance viral sin precedentes.
Serena y Zach son una pareja estable que cree poder superar en su piso, el apartamento nº17, el confinamiento sin ningún problema. Serena podrá teletrabajar y Zach, siendo enfermero, solo podrá entretenerse con videojuegos. Pero pedir una pizza nunca fue tan peligroso para la estabilidad de una relación porque: ¿qué ocurre cuando un miembro de la pareja pide una pizza hawaiana y el otro no tenía ni idea de que es de los de piña en la pizza? Conocer los pequeños y grandes detalles, hablar de hacia dónde van como pareja, será el gran conflicto que podrá hacer que todo se deshaga cuando llegue el siguiente domingo.
La ilusión se respira en el apartamento nº15, el de Isla y su flamante novio desde hace unas pocas semanas, Danny. Suelen pasar juntos los fines de semana y todo son momentos románticos, sin que den demasiada importancia a aquello que puede parecer mínimamente molesto, como que ella es madrugadora y él se levanta minutos antes de tener que comenzar a trabajar; o que él adore cocinar y ella sea una negada. Al tener que compartir espacio durante siete días, la perfección tiene que dejarse a un lado y tendrán que mostrarse tal cuál son, ¿podrá aguantar su incipiente relación una dosis de realidad sin edulcorar?
Y por último está Olivia, que vive sola en el apartamento nº 22, pero que ese fin de semana tenía de invitadas a su mejor amiga, la futura cuñada de esta y una de sus amigas. las cuatro iban a confeccionar los regalos que se repartirían en la boda y pasarían un rato agradable, pero ese overbooking pasa factura a todas cuando tengan que estar encerradas días y las tensiones aumentarán, por un lado porque la boda puede peligrar y la novia no está para disgustos y, por otro, porque la situación personal de Olivia puede dar un giro radical cuando termine el confimamiento.
Como verás, toda una novela coral con historias de todo tipo y donde todos los habitantes de London Lane acabarán conectados, como te digo, verás qué final tan de peli. Risas y engancha asegurados, un feelgood post-pandémico perfecto para el verano.
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