Amor y virtud, Diana Reid

Título: Amor y virtud
Autor: Diana Reid
Género: narrativa contemporánea
Editorial: Umbriel

Sinopsis:

Michaela y Eve son dos mujeres brillantes y valientes que se hacen amigas en el campus de la universidad. Sin embargo, no podrían ser más diferentes: una es segura y popular, mientras que la otra es insegura y siempre está ansiosa por complacer a los demás. Pero algo sucede en una fiesta: alcohol, descontrol y un recuerdo que no está difuso, probablemente por el alcohol, que las lleva a enfrentarse y a cuestionarse qué es el consentimiento y hacer frente a con las distintas dinámicas de poder.

Unidas en un principio por su ingenio y agudeza visual para detectar la riqueza material y pobreza moral de las universidades, Michaela y Eve pronto descubren lo frágil que es la amistad y lo capaces que son de traicionarse.

La primera vez que oí hablar de este libro lo comparó el editor de Umbriel con Gente normal y yo, obviamente, no podía dejarlo pasar porque Sally Rooney me flipa. Efectivamente, si has leído a la autora, encontrarás en la escritura de esta escritora australiana muchos puntos en común, la forma de construir a sus protagonistas y la propia historia tiene rasgos muy al estilo de Rooney. Es necesario llegar hasta el final para hacerte una impresión completa de esta novela, de los sucesos, los cuales se van conformando según avanzas, pero es inevitable reahacerlos a la luz de los datos que van apareciendo.

Michaela se enfrenta a su primer curso de universidad llena de incertidumbre. Su madre va con ella hasta la residencia y experimenta una semana de bienvenida con mucho desfase, intentando encajar y encontrar amigas con las que pueda compartir su día a día. Por un lado, su vecina de habitación, Eve, es una figura intermitente porque va bastante por libre, pero acuden ambas a la clase de Filosofía y parece haber entre ellas una especie de rivalidad, aunque según avanza la historia, esa competición parece estar solo en la cabeza de Michaela. Por otro lado, conocerá a un grupo de chicos y chicas con una situación económica más desahogada que será con quienes comparta salidas y fiestas, pero sabiendo que sus vidas son y serán muy diferentes.

 

La trama va avanzando en esos primeros meses de universidad, no solo con las clases, sino también con la posición de Michaela en el grupo de amigos y con ella misma, porque sus inseguridades le llevan a pedir una tutoría con el profesor de filosofía, que acabará derivando en una relación que pondrá a prueba sus lealtades.

 

Sin embargo, el gran conflicto de la historia puede llegar a pasar desapercibido hasta que no estalla, porque la semana de bienvenida será un agujero negro para Michaela, pero marcará en cierta medida su futuro más inmediato cuando descubra la identidad del chico con el que se acostó, del que no se acordaba por estar muy borracha, y sea Eve quien la confronte con la realidad de que las cosas no ocurrieron como ella imagina.

 

La relación entre Michaela e Eve es ciertamente compleja: amistad, atracción, envidias, confianza, principios morales, todo ello narrado en primera persona por Michaela con una cadencia filosófica e introspectiva; la ambientación en un entorno de residencias estudiantiles y de protección hacia los privilegiados, y más si son hombres, destaca como telón de fondo para exponer situaciones injustas que viven las mujeres y que se van perpetuando con el tiempo. Todo ello hace que quieras ir degustando poco a poco, pero a la vez no poder dejar el libro hasta el final e incluso cuando lo cierras, seguir pensando en todos los temas expuestos y cómo los elaboran las protagonistas.  Te sorprenderá.