Autores: Anna Casanovas
Género: romántica contemporánea
Editorial: Titania
Martina Martí ha visto cómo sus hermanos se enamoraban y ha crecido convencida de que le sucedería lo mismo: conocería al amor de su vida, tendrían que superar algún escollo y al final todo saldría bien. Mentira. El amor no todo lo puede y por eso ahora ella se dedica solo a escribir sobre él, nada de vivirlo: es un sentimiento demasiado peligroso.
Martina tiene una novela a medio terminar y no sabe si logrará publicarla, hasta que un día su editora le hace una propuesta: escribir una biografía y a cambio ella defenderá su historia.
Pero hay un problema, quizá más, pero uno muy grave: el protagonista de la biografía es el chico que le rompió el corazón.
Hay personas que entran y salen de tu vida sin dejar huella y otras que no hay manera de arrancarte del corazón, pero ¿qué sucede cuando el destino te coloca justo delante de esa persona? ¿Te quedas o sales corriendo?
Benjamin y Wes han estado separados cuatro años; ahora, que se han
reencontrado, creen que todo está a su favor para que su relación
continúe en el punto donde se quedó tras aquel doloroso final. Todo ha
cambiado para los dos, así que ¿por qué no intentarlo? ¿Por qué no vivir
la historia que saben están destinados a compartir?
No obstante, una
repentina propuesta aparece para ponerlo todo a prueba. Sí, son
conscientes del amor sincero que los une, pero ¿ese sentimiento es
suficiente para superar todo el abismo de secretos que cada vez es más
ancho entre los dos? Cuando el pasado vuelve, cuando el pasado ahoga,
quizás no haya espacio para ningún futuro…
Vuelven los protas de Bajo la piel, un salto hacia adelante desde donde nos dijeron hasta pronto y menuda novela presenta Ricardo: más madura, con mucho trabjo personal de cada personaje, todo un trayecto hacia las sombras y hacia la luz tanto de Wes como de Ben, donde vuelve a aparecer como parte de la ambientación Sunny Hill, el pueblo donde se conocieron y donde todo cambió para ambos.
En esta continuación han pasado cuatro años en los que ambos han ido a la universidad, pero su paso por los campus respectivos ha sido muy diferente. Un día, de casualidad, en la ciudad de los rascacielos, donde vive Ben, se encuentran y las emociones vuelven con fuerza, pero no todo puede ser tan fácil como mirarse a los ojos y empezar de cero.
Ben se ha graduado en psicología y vive en Nueva York con su amiga Jesse. Su trabajo temporal en una cafetería le permite pagar los gastos, pero está decidido a encontrar el trabajo de sus sueños como terapeuta. Los pasados cuatro años han estado marcados por una recuperación de todo lo que ocurrió aquel verano, de su ruptura con Wes y del fatal desenlace de Hayley, pero, sobre todo, un trabajo personal en conocerse y controlar sus emociones en cada momento. Cuando se encuentra con Wes siente que la vida le está dando una segunda oportunidad, pero cuando se plantee la posibilidad de volver a Sunny Hill, ese equilibrio se pondrá más a prueba que nunca.
El caso de Wes ha sido muy distinto; la ruptura con Ben lo sumió en un pozo del que salió de una forma muy poco sana. La universidad al lado de su amiga Holly estuvo bien, al menos hasta que conoció a Aiden, compañero de estudios de Holly y quien le mostró un mundo totalmente desconocido, un mundo de evasión, de adrenalina, pero también de control y manipulación emocional que le hacen ir a sitios de los que se planetó no poder regresar. El encuentro con Ben es todo un regalo, pero el miedo a que conozca su pasado más oscuro y, más aún, que él mismo haya cambiado hasta el punto de que sea rechazado por la persona más importante para él, hace que quiera avanzar pero a la vez tenga un miedo paralizante.
La vuelta a Sunny Hill, para asistir a la boda de Holly, se convierte en un desafío para ambos, para quienes son en ese momento, para enfrentar a los fantasmas que creían vencidos y para consolidar o dinamitar esa incipiente relación, esa segunda oportunidad que pueden tener como pareja. Los giros están asegurados, las voces de ambos, alternándose en el presente, te hace ver la situación en la que se encuentran y los dilemas que se les plantean, y las partes del pasado de ambos, ves esa evolución, especialmente significativa en el caso de Wes, porque ves claramente ese descenso a los infiernos y lo complicada que es la recuperación de una relación tóxica.
Si te enamoraste de estos personajes en Bajo la piel, sin duda disfrutarás de esta continuación, que viene en el formato papel con una edición muy cuidada donde hay partes que está impresas en hojas negras con letra blanca... una genialidad!! Ricardo nos da ese "después" del punto final, un después fluido, donde los personajes mantienen su esencia pero puedes apreciar su madurez y su aprendizaje y cómo afrontan los nuevos problemas a la luz de todo lo recurrido.
Álex y Marc Martí son gemelos idénticos, aunque por dentro son polos opuestos. Antes eran inseparables, pero hace años que apenas se hablan, hasta que Álex le pide un favor a Marc: hacerse pasar por él en el trabajo.
Marc acepta porque está en deuda con su hermano. El problema es que, mientras se hace pasar por Álex, conoce a Olivia en el Hotel California y se supone que tiene que ayudarla a salvar el hotel que ella ha heredado de su abuelo. Él, que se cree incapaz de ayudar a nadie, por Olivia está dispuesto a intentarlo.
Y en Estados Unidos, Álex, que no sabe qué hacer con su vida, se encuentra con Sara, una chica que tampoco es lo que aparenta y que le demuestra que, a pesar de lo que dicen el resto de hermanos Martí, él también tiene corazón. Lo único que tiene que hacer es atreverse a utilizarlo.
Ni Álex ni Marc pueden fingir eternamente que son otra persona. ¿Qué sucederá cuando tengan que volver a ser ellos mismos?
¡Increíble cuarto libro de los hermanos Martí! Me ha encantado de principio a fin y me atrevería a decir que a falta de leer a Martina, este libro es el más romántico de todos porque las historias de Marc y Álex son de película preciosa que te hace suspirar. El cambio de la primera versión de hace años a esta nueva ha sido sustancial, sobre todo para la historia de Álex y creo que ha sido todo un acierto porque es maravillosa y volver a reencontrarme con Marc, mágico.
El libro arranca con un argumento muy de película Tú a Londres y yo a California porque Álex pide a su hermano gemelo que se haga pasar por él en la lectura de un testamento del que poco sabía; ambos son prácticamente idénticos, a excepción de la cicatriz de Marc, pero ni el notario le ha visto nunca en persona ni la nieta del señor Millán estuvo con él más de diez minutos cuando conoció a este. Marc, desde hace años, está sumido en una espiral peligrosa y lo que menos le apetece es tener que hacerse pasar por su hermano como cuando iban a la facultad, pero Álex habla claro por primera vez y Marc es consciente de que tiene que hacer esto por él.
Marc es veterinario, aunque también tiene la carrera de económicas, y hace años vivió el peor momento de su vida y desde entonces no es el mismo. Acudir a la lectura del testamento del dueño de un hotel de la Costa Brava a quien su hermano conoció justo antes de encontrar su actual trabajo es algo que cree que no le llevará más que un par de horas de su tiempo. Pero no iba a ser todo tan fácil, porque una de las cláusulas del testamento es que Álex ayude a Olivia, nieta del fallecido, a hacer solvente el Hotel California para que no se convierta en una carga para ella.
Olivia Millán no puede creerse que su abuelo haya hecho semejante locura. El hotel, desde que era una adolescente y su madre la dejó a cargo de su abuelo, ha sido su vida entera y los empleados del mismo, su familia; la llegada de Álex (que es Marc) a su vida levanta suspicacias, pero no tiene más remedio que trabajar de forma conjunta si quiere recuperar su hotel y dehacerse de él.
Los primeros momentos están llenos de indiferencia y distancia por parte de Olivia, pero pronto Marc se gana a todos en el hotel con sus ganas de ayudar donde lo necesitan y diseñando un plan de viabilidad que le permita a Olivia salvar el hotel. Entre arreglos y apagar fuegos, se establece entre ellos una cómoda rutina que hace que se vayan viendo con otros ojos, que Olivia se permita vivir más allá de las cuatro paredes del hotel y que Marc vaya haciendo las paces consigo mismo y con lo que ocurrió hace seis años.
Álex, por su parte, no pensó que el cambio de vida que creía necesitar llegara tan pronto y es justo en Las Vegas donde conoce a una chica que pondrá su mundo del revés. Hace parada en la ciudad del pecado antes de ir a San Francisco para cerrar la compraventa de un hotel para la cadena hotelera para la que trabaja, y en un choque fortuito se dejará arrastrar por Sara a vivir auténticos clichés de película: novio falso para acudir a la boda de su amiga y una atracción irresistible.
Sara tampoco pensó que su vida podía cambiar de un momento a otro y justo eso es lo que pasa en Las Vegas, pero no una vez, si no dos, y a partir de esos días, ya nada será igual porque su situación familiar da un vuelco y es difícil gestionar los sentimiento que empieza a tener por casi un desconocido con quien le unirán unos lazos que traen malos recuerdos.
Ambos sufren un gran impacto cuando se encuentran en San Francisco en un entorno laboral y habrá reproches por los dos lados cuando por fin se den cuenta de qué pasó en Las Vegas y cuál es su situación actual, si es tan insalvable como parece o los dos apostarán por hacer crecer eso que existe entre ellos.
Los conflictos están servidos para los gemelos Martí con sus respectivas relaciones incipientes, a lo que hay que sumar el peso de la mochila emocional que arrastran durante años y el enfrentarse a la posibilidad de que pueden perder si lo arriesgan todo. Los líos y enredos no cesan, los encuentros apasioandos y los abrazos que sanan y protegen y, por supuesto, los epílogos, el del propio libro y los capítulos inéditos, simplemente, perfectos, justo lo que esperas de parejas reales para quienes más allá de vivir un amor de película, las dificultades no desaparecen. Hotel California ha entrado pisando fuerte en el top de la familia Martí... y de la autora! Martina, solo faltas tú ;)
3. Dulce locura
Rumanía, 1989. Los regímenes comunistas se están desmoronando por toda Europa. Cristian Florescu, un joven de diecisiete años, sueña con ser escritor, pero los ciudadanos rumanos no tienen libertad ni para soñar, oprimidos por las reglas y la fuerza del régimen. En medio de la dictadura de Nicolae Ceausescu, con un país gobernado por el aislamiento y el miedo, la policía secreta chantajea a Cristian para que se convierta en informante. Solo tiene dos opciones: traicionar a todos y todo lo que ama o utilizar su posición para socavar al dictador más malvado de la Europa del Este. Cristian lo arriesga todo para desenmascarar la verdad detrás del régimen, dar voz a sus compatriotas y mostrar al mundo lo que está pasando en su país.
Un nuevo título de la autora que te deja con los sentimientos a flor de piel y donde la documentación y los dilemas de los personajes son elementos fundamentales para armar una trama en momentos, y sobre todo lugares, no tan conocidos de la historia. Desde la España franquista de Las fuentes del silencio, nos lleva en esta ocasión hasta las últimas semanas de la dictadura comunista de Ceausescu en Rumanía y cómo Cristian, el protagonista, se enfrenta a situaciones que lo ponen contra las cuerdas.
Los protagonistas de los libros de esta autora suelen ser adolescentes o jóvenes, que, creo, es la mejor opción para conectar con muy diferente tipo de público y que son perfectos para leer en clubs, en clase o para comentarlos en cualquier foro. Todo el mundo puede saber los grandes hitos de la Historia, pero Ruta explora esos recovecos, esas historias menos conocidas pero no por ello menos importantes y, desde luego, te despiertan las ganas de saber más.
El componente de estado represor marca un claro tono de peligro y suspicacia porque en Rumanía, durante décadas, todo el mundo podía ser un informante. La policía secreta del régimen, la Securitate, ejercía un férreo control sobre cada uno de los habitantes del país, sobre cada esfera de su vida, y todo lo que se desviara de una adoración ciega al líder, era castigado tarde o temprano.
En esta atmósfera ha crecido Cristian, viviendo en un pequeño piso con sus padres, su hermana y su abuelo. Este último es todo un referente para él, alentándole a que mantenga una esperanza de un mejor futuro pero siendo consciente de que la acción es importante, que si todo el mundo se queda callado, nada cambiará. Crecer sin prácticamente ninguna posesión material, donde las colas para comprar cualquier cosa eran interminables ha sido difícil, sobre todo porque podía acceder a películas occidentales, algunos productos de contrabando y la sensación era de anhelar ese otro mundo pero no terminar de creerse que pudiera ser verdad.
A las puertas de la caída del Muro de Berlín, la desesperanza seguía siendo el sentimiento dominante en buena parte de la población, y Cristian no es la excepción, cuando ve que su abuelo está cada vez más enfermo y no pueden hacer nada por ayudarlo. Su mundo da un vuelvo cuando tiene que convertirse en informante a cambio de medicinas para su abuelo, pero la traición es el precio a pagar y ahí comenzarán sus dilemas morales, pues al chico sobre el que tiene que informar, el hijo de un diplomático americano, llega a convertise en un amigo. Cristian se cree más listo que nadie, pero pronto se da cuenta de que la traición sobrepasa su persona y alcanza cotas inimaginables y tendrá que lidiar con descubrimientos impensables y difíciles de procesar.
La amistad, la familia o el primer amor son algunos de los temas que trata la autora a través del personaje de Cristian en un ambiente donde se aplasta la singularidad y la voz que vaya en contra de lo aceptable; sin embargo, va más allá, pues refleja el sentimiento nacional de hastío, la lucha armada hacia su libertad cuando otros países consiguieron una transición sin derramamiento de sangre. La delicadeza, no exenta de crudeza, está en cada página para contar hechos muy duros, pero también necesarios conocer; el útlimo tercio del libro es absolutamente trepidante y emocionante, te deja con el corazón en un puño y no podrás parar de leer hasta llegar al final. Sin duda, os recomiento mucho, muchísimo a esta autora cuando queráis descubrir episodios menos conocidos de nuestro pasado.
Cuando Helena y Anthony se conocen a través de Gabriel y Ágata, saltan chispas, a pesar de ser polos opuestos. Sin embargo, el tiempo de Anthony en Barcelona tiene los días contados porque, aunque su estudio de arquitectura había delegado en él un nuevo proyecto, una llamada de su padre lo reclama para que vuelva a Londres.
Entre la distancia y el secreto que esconde Anthony, su relación queda en un punto muerto.
Ahora Anthony debe averiguar si está dispuesto a ayudar al hombre que lo ha hecho dudar de sí mismo durante toda su vida mientras lucha por recuperar el amor de Helena.
Ecuador de la saga, la historia de la hermana más dulce, pero no por ello la menos fuerte; aquí tiene que lidiar con un chico a quien los demonios del pasado, por mucho que diga que los dejó atrás, vuelven con fuerza y parecen eclipsar todo sentimiento bonito que pudiera estar surgiendo. Tendrás que averiguar cómo hace frente a estas adversidades y cómo se enfrenta a un giro vital imprevisto que se suma al cuestionamiento sobre su propia dirección profesional.
Ya en el libro anterior puedes intuir que entre Anthony, el amigo de Gabriel en inicio y ahora de Guillermo también, ha podido tener algo con Helena Martí, pero no es hasta su libro que ves cómo esos primeros momentos, cuando él está en Barcelona por trabajo, comienzan a salir, a conocerse y parecen tener una bonita complicidad.
Helena está centrada en sus estudios de medicina, pero no termina de ubicarse y no cree que esa sea su verdadera vocación, pero como sí que es un poco cabezota y no quiere dejar las cosas a medias, ella continúa yendo a clase, estudiando, haciendo las prácticas y superando cada examen con nota. La relación con sus hermanos y hermanas es muy buena y ahora, que va conociendo un poco más a Anthony, siente que podrían tener algo más que una amistad. A pesar de tener algunos años menos que él, Helena es una chica madura y afronta los problemas de cara, sean cuales sean.
La vida de Anthony ha sido solitaria, en una palabra. Si no hubiera sido por su niñera, la señora Potts, su infancia y adolescencia habría estado llena de miradas decepcionantes, comentarios hirientes, desprecios y desplantes por parte de su acomodada familia que iban minando su autoestima de forma ineludible. La única persona que estuvo a su lado fue Miriam Potts y fue ella quien lo ayudó cuando más lo necesitaba. Pronto se dio cuenta de que no aprendía como los demás niños y eso fue siempre un motivo de vergüenza para su familia, sin embargo, él fue superando cada curso hasta llegar a ser el arquitecto que es hoy.
Toda su historia la vas conociendo poco a poco y entendido las reticencias que tiene, los problemas de confianza y por qué no quiere acercarse demasiado a nadie. Todo esto parece no tener importancia cuando conoce a Helena y se queda prendado. Podría decirse que es un flechazo continuado, porque de ese primer fogonazo intenso, pasa mucho tiempo hasta que pasan a ser algo más, podría decirse que hay más slow burn que otra cosa.
Y esto ocurre porque Anthony ve toda su vida desestabilizada por una llamada: su padre, después de años de silencio, le exige que regrese a Londres porque, según sus palabras, puede que por fin resulte útil. No voy a contarte mucho más porque parte de conflicto interno de Anthony proviene de las consecuencias que se derivan de esa llamada y lo que supone para su vida profesional y personal.
Puede que te parezca una historia sencilla al principio, pero irás viendo cómo se va complejizando en el afán de superación del Anthony adolescente, la soledad que siente de adulto, cómo parece encontrar su sitio junto a Helena y cómo la lucha por mantenerlo es inevitable, aunque pudiera no ser sufiente. Ella, como decía al principio, me ha parecido un personaje muy fuerte en su aparente fragilidad que parece no temer a nada! Su vida también se verá totalmente alterada, verás el giro que te espera en este libro. Aún quedan dos libros, tres hermanos... hay familia Martí para rato aún :)
A Morgan y su hija de dieciséis años, Clara, nada les gustaría más que no parecerse. Morgan está decidida a evitar que su hija cometa los mismos errores que ella, pues al quedarse embarazada y casarse demasiado joven, tuvo que dejar en el aire sus propios sueños. Con personalidades muy distintas les resulta cada vez más difícil coexistir. La única persona que puede traer paz al hogar es Chris, marido, padre y el ancla de la familia. Pero esa paz se rompe cuando se ve envuelto en un trágico y extraño accidente con desgarradoras consecuencias para ellas.
Mientras lucha por reconstruir todo lo que se derrumbó, Morgan encuentra consuelo en la última persona que esperaba y Clara se vuelve hacia el único chico que le han prohibido ver. Con cada nuevo secreto y malentendido madre e hija se separan cada vez más, así que lo último que imaginan es que para volver a enamorarse se necesitan la una a la otra.
Hacer de la sencillez perfección. Con este libro, Colleen consigue eso, presentar personajes normales que tienen que tomar decisiones difíciles. Si Romper el círculo es una historia de superación y en ciertos momentos desgarradora, aquí vas a tener una buena dosis de amor adolescente, deriva vital y puntos de inflexión que lo pueden cambiar todo. La relación entre Morgan y Clara, madre e hija, vertebra esta historia donde se habla de la traición, el miedo, el rencor, el perdón y del amor en sus múltiples formas. Un acierto segurísimo.
Morgan ha pasado prácticamente toda su vida adulta cuidando de su familia y volcándose en la crianza de su hija, Clara, a quien tuvo muy joven. La relación con Chris que empezó en el instituto, les ha llevado a compartir su vida y formar una familia en la que también se incluye Jenny, la hermana de Morgan y para quien ella misma ha sido prácticamente una madre. Ahora, la vida de esta ha cambiado por completo porque ha vuelto a su vida Jonah, con quien estuvo saliendo un tiempo de joven y por un desliz, se han encontrado siendo padres de un precioso bebé.
De adolescente, Morgan ya se planteaba si la vida que se abría ante ella era lo que quería. Pasaba tiempo con Chris y Jonah, mejores amigos, y cuando Jenny comenzó a salir con Jonah, siempre eran los cuatro frente al mundo, pero algo en su interior le decía que tenía que haber algo más, que la incomodidad que sentía a veces tenía que deberse a algo... pero llegó el embarazo y todo eso quedó atrás y afrontó una rápida madurez sin mayores sobresaltos.
El día de su treinta y cuatro cumpleaños todo parece ir bien, aunque no está del todo conforme con la vuelta de Jonah, quien se marchó hace diecisiete años y solo ha vuelto a sus vidas por el bebé que ha tenido con Jenny; Clara es una buena chica aunque tenga sus sueños muy claros pero alejados de un futuro predecible, todo está bien en su matrimonio, en su familia, aunque los momentos de vacío que ya sintió de adolescente no terminaron de irse en ningún momento, por lo que quizá haya llegado el momento de pararse a pensar en qué quiere hacer con el resto de su vida, por ejemplo, retomar la universidad.
Pero como la vida puede cambiar, literalmente, en un instante, todo su mundo se paraliza y comienza a girar de forma vertiginosa cuando la tragedia les golpea, y no solo eso, si no que descubre de la peor manera un secreto que hace que todo comience a desdibujarse y que lo mire bajo el prisma de la desconfianza y el rencor.
Espero haber sido lo suficientemente críptica porque, de verdad, creo que con esta autora lo mejor es ir a ciegas total y confiar en que adorarás cada escena que cree, como ha sido mi caso. El bombazo del libro ocurre muy al principio, por lo que la verdadera esencia es ver cómo esta madre y esta hija reconstruyen una relación que parece desmoronarse por momentos, porque Clara siente muchas emociones que no sabe gestionar y muestra actos de rebeldía entendibles, aunque también le trae esta inestabilidad lanzarse a hablar con Miller y pasar tiempo con él aunque, específicamente, sus padres le dijeron que se alejara de él.
Miller y Jonah son los personajes masculinos de este libro y solo puedo tener buenas palabras para ellos; equilibrados, con sentimientos profundos, honestos, leales. Son buenos chicos que van tomando decisiones, pero que no tienen salidas estridentes; Morgan, por supuesto, representa esa abnegación materna, protección y amor incondicionales hacia su hija, aún teniendo en cuenta que puede ser objeto de la ira de su hija, pero lo prefiere eso a verla sufrir. Como digo, cuatro personajes muy reales, muy humanos, con muchas luces y sombras y que gestionan su vida como pueden.
Sin ningún tipo de duda, recomiendo este libro hasta el infinito. Te hace reflexionar sobre muchos aspectos de los personajes, te hace preguntarte si tú hubieras hecho lo mismo, Miller es absolutamente adorable y Jonah encarna, en cierta manera al héroe trágico, pero, sin duda, Morgan y Clara son las protagonistas de esta historia y quienes merecen todos los honores. Fantástico libro y grande Colleen.
Guillermo Martí está harto de ser el malo de la película. Quizá ha pasado demasiado tiempo con sus hermanas, porque empieza a creer que tienen razón y que su trabajo le está chupando el alma. Quizá ha llegado el momento de hacer una pausa y tomarse esas vacaciones. En cualquier caso, lo decidirá cuando termine el proyecto que lo ha llevado a Nueva York. Si hubiese podido descansar en el vuelo, tal vez lo vería todo más claro, pero la chica que iba sentada detrás le ha hecho la vida imposible.
Emma Sotomayor ha decidido convertirse en otra persona. Tal vez no sea muy valiente y tal vez debería enfrentarse a sus miedos, pero ha decidido hacer todo lo contrario y mudarse a otro continente para convertirse en cocinera. Nada de compromisos ni complicaciones, solo cocinar. Pero nada más bajar del avión se topa con la primera complicación: se ha llevado la maleta equivocada.
Guillermo y Emma no podrían ser más distintos y no puede decirse que hayan empezado con buen pie. Quizá, como en las recetas de Emma, ella y Guillermo sean dos ingredientes que no deben mezclarse.
O quizá llevarse el uno la maleta del otro sea justo lo que necesitan para que sus vidas cambien de verdad.
No me escondo: Guillermo es mi hermano favorito y tras esta nueva relectura... ¡lo sigue siendo! Esta historia tiene un algo especial, paseos por Nueva York, un desarrollo muy audiovisual y una burbuja que crean Emma y Guillermo que explota inevitablemente, pero qué bonita es la reconstrucción. Este libro habla de hacer crecer una chispita porque ninguno siente un flechazo fulminante, si no más bien un poquito de animadversión al comienzo, pero el destino hace de las suyas y a fuerza de encontrarse, ellos hacen el resto.
Guillermo está cansado de su ajetreada vida. No encuentra ya la motivación que sentía en viajar alrededor del mundo asesorando a empresas en fusiones y adquisiciones, en vivir en hoteles y en tener relaciones esporádicas que no llevan a nada. Se ha dado cuenta de que quiere lo que acaban de conseguir su hermana Ágata y su amigo Gabriel: alguien con quien compartir un día a día en su ciudad natal y un ritmo de trabajo que le permita estar más centrado en el cliente y no tanto en el beneficio.
El vuelo a Nueva York, uno que ha hecho miles de veces, resulta ser una tortura, aunque la chica que le hace el viaje de lo más incómodo se convertirá en todo un enigma que quiere resolver porque además de que con ella no funcionan sus encantadores sonrisas, no parece estar dispuesta a nada de nada, aunque pronto verá que las señales serán, cuando menos, confusas y él se encontrará entre el deseo de claudicar ante algo que no es del todo lo quiere y alejarse para evitar futuros sufrimientos.
Emma está en plena huida hacia adelante tras tener una epifanía de lo que podría ser su vida si no virara de forma radical. Sus padres, eminentes médicos, no han sido todo lo cercanos que hubieran querido ella y su hermana, y lo cierto es que iba por el mismo camino: una consagración absoluta a la medicina que no dejaba tiempo para nada más allá. La admisión en un prestigioso curso de cocina en la Gran Manzana le hace dejarlo todo y comenzar de nuevo, y todo comienzo arranca con un viaje y este, en concreto, será en el avión en el que también vuela Guillermo.
Pronto se da cuenta de que Guillermo tiene madera de converstirse en algo más, algo que no está dispuesta a permitirse porque primero tiene que recomponerse y pensar en ella misma; aunque reconsidernado sus opciones, si accede a pasar más tiempo con él, será en su propio beneficio... razonamiento sin fisuras, ¿verdad?
Como decía al principio, la ciudad de Nueva York, aquí, es mágica, porque no solo recorres con ellos las zonas más turísticas, muy al estilo de la película Antes del amanecer, si no también una cotidianeidad que los lleva a una verdadera ilusión y que no afrontarán de igual manera, pues están en momentos distintos y, a veces, el amor y la atracción no lo pueden todo. Enfrentarse a los miedos, la valentía de elegirse a uno mismo, la familia y la atracción son solo algunos de los temas que trata Anna en este segundo libro de la serie.
Leer estas novelas es zambullirte en historias de amor muy reales que han sorportado a la perfección el paso del tiempo y que tienen la misma frescura ahora que entonces. Sería mejor que las leyeras en orden, pero si das primero con Guillermo, no dudes de que disfrutarás de la anterior, Nadie como tú, y que descubrirás un epílogo magistral que me ha mantenido en vilo hasta el final finalísimo!!