Autor: Ricardo Carrasco
Género: new adult, LGTB
Editorial: autopublicado
Benjamin y Wes han estado separados cuatro años; ahora, que se han
reencontrado, creen que todo está a su favor para que su relación
continúe en el punto donde se quedó tras aquel doloroso final. Todo ha
cambiado para los dos, así que ¿por qué no intentarlo? ¿Por qué no vivir
la historia que saben están destinados a compartir?
No obstante, una
repentina propuesta aparece para ponerlo todo a prueba. Sí, son
conscientes del amor sincero que los une, pero ¿ese sentimiento es
suficiente para superar todo el abismo de secretos que cada vez es más
ancho entre los dos? Cuando el pasado vuelve, cuando el pasado ahoga,
quizás no haya espacio para ningún futuro…
Vuelven los protas de Bajo la piel, un salto hacia adelante desde donde nos dijeron hasta pronto y menuda novela presenta Ricardo: más madura, con mucho trabjo personal de cada personaje, todo un trayecto hacia las sombras y hacia la luz tanto de Wes como de Ben, donde vuelve a aparecer como parte de la ambientación Sunny Hill, el pueblo donde se conocieron y donde todo cambió para ambos.
En esta continuación han pasado cuatro años en los que ambos han ido a la universidad, pero su paso por los campus respectivos ha sido muy diferente. Un día, de casualidad, en la ciudad de los rascacielos, donde vive Ben, se encuentran y las emociones vuelven con fuerza, pero no todo puede ser tan fácil como mirarse a los ojos y empezar de cero.
Ben se ha graduado en psicología y vive en Nueva York con su amiga Jesse. Su trabajo temporal en una cafetería le permite pagar los gastos, pero está decidido a encontrar el trabajo de sus sueños como terapeuta. Los pasados cuatro años han estado marcados por una recuperación de todo lo que ocurrió aquel verano, de su ruptura con Wes y del fatal desenlace de Hayley, pero, sobre todo, un trabajo personal en conocerse y controlar sus emociones en cada momento. Cuando se encuentra con Wes siente que la vida le está dando una segunda oportunidad, pero cuando se plantee la posibilidad de volver a Sunny Hill, ese equilibrio se pondrá más a prueba que nunca.
El caso de Wes ha sido muy distinto; la ruptura con Ben lo sumió en un pozo del que salió de una forma muy poco sana. La universidad al lado de su amiga Holly estuvo bien, al menos hasta que conoció a Aiden, compañero de estudios de Holly y quien le mostró un mundo totalmente desconocido, un mundo de evasión, de adrenalina, pero también de control y manipulación emocional que le hacen ir a sitios de los que se planetó no poder regresar. El encuentro con Ben es todo un regalo, pero el miedo a que conozca su pasado más oscuro y, más aún, que él mismo haya cambiado hasta el punto de que sea rechazado por la persona más importante para él, hace que quiera avanzar pero a la vez tenga un miedo paralizante.
La vuelta a Sunny Hill, para asistir a la boda de Holly, se convierte en un desafío para ambos, para quienes son en ese momento, para enfrentar a los fantasmas que creían vencidos y para consolidar o dinamitar esa incipiente relación, esa segunda oportunidad que pueden tener como pareja. Los giros están asegurados, las voces de ambos, alternándose en el presente, te hace ver la situación en la que se encuentran y los dilemas que se les plantean, y las partes del pasado de ambos, ves esa evolución, especialmente significativa en el caso de Wes, porque ves claramente ese descenso a los infiernos y lo complicada que es la recuperación de una relación tóxica.
Si te enamoraste de estos personajes en Bajo la piel, sin duda disfrutarás de esta continuación, que viene en el formato papel con una edición muy cuidada donde hay partes que está impresas en hojas negras con letra blanca... una genialidad!! Ricardo nos da ese "después" del punto final, un después fluido, donde los personajes mantienen su esencia pero puedes apreciar su madurez y su aprendizaje y cómo afrontan los nuevos problemas a la luz de todo lo recurrido.
Hola :)
ResponderEliminarEs un libro que no conocía en absoluto. Podría ser una buena elección, lo tendré en cuenta en el futuro.
Besos