Título: Todos nuestros veranos
Autores: Carley Fortune
Género: romántica contemporánea
Editorial: Ediciones B
Sinopsis:
Persephone Fraser (Percy para los amigos) pasa los veranos en su
moderno piso de Toronto, muy lejos del recuerdo de la resplandeciente
orilla del lago de su adolescencia.
Sin embargo, una noche recibe
una llamada que la lleva de vuelta a Barry's Bay y a Sam Florek.
Durante seis veranos de tardes largas en el bosque y noches cálidas en
el restaurante de su familia, Sam y Percy fueron inseparables. Y poco a
poco, su amistad se fue convirtiendo en algo más profundo antes de
desmoronarse por completo.
Cuando Percy regresa al bosque más de
una década después, descubre que la química entre ellos sigue intacta.
Pero hasta que no se enfrente a las decisiones que tomó, no podrán
descubrir si el amor que sienten es mayor que los errores que han
cometido.
Ha habido muchísima expectación en torno a este libro, el debut de la autora, con unanimidad de críticas positivas y es que ha sido todo lo que esperaba y más. Destaco el tono de nostalgia que consigue desde el principio, ese poso de melancolía de la protagonista, Percy, quien en primera persona va recordando esos veranos mágicos en la casa del lago, su vida en Toronto y quién es ahora, después de que todos sus planes de futuro se desmoronaran.
Los padres de Percy compran una cabaña en una zona rural, al lado de un lago, con la esperanza de que su hija tuviera otras experiencias más allá del círculo reducido en el que se movía. Con trece años, entre la niñez y la adolescencia, la vida en el colegio y con las amigas puede ser muy difícil, y justo por uno de estos baches está pasando Percy con su amiga de toda la vida, Delilah. Conocer a los Florek es toda una revolución: Sam, de su edad, callado, inteligente y sensible y Charlie, unos años mayor, socarrón, divertido y despreocupado. Comienzan una serie de veranos llenos de sol, chapuzones en el lago, confidencias y sentimientos complicados de poner en palabras por miedo a romper todo aquello que han construido.
Al estar narrada en primera persona, te metes de lleno en la mente de Percy y solo puedes imaginar qué pasó para que dejaran de hablarse durante más de una década. La vuelta al lago se produce debido a una llamada de Charlie con una noticia terrible. Tiene claro que debe volver, pero no está del todo segura de estar preparada para enfrentarse a su pasado ni a quien dejó atrás.
Reconstruir esos veranos, ver cómo van creciendo, es muy emocionante, con cierto toque inocente, que va siendo un poco más pícaro mientras crecen, viendo cómo van construyendo sus personalidades y comparten sus sueños. A través de las películas de terror que entusiasman a Percy y a sus relatos, van creando su propio código, sus bromas particulares, que tendrían que haber sido más sólidas de lo que luego resultaron.
Sam es un chico bueno, con grandes aspiraciones para su futuro, quiere ser cardiólogo, pero sabe lo costoso que es labrarse ese tipo de futuro, más teniendo solo a su hermano y a su madre para ayudarle. Está, aún así, convencido de que puede tenerlo todo, sus sueños y a la chica de la que se ha ido enamorando poco a poco, lo que no significa que no sufra cuando esta, lejos del lago y de él, muestre que no se quedará parada esperando una confesión que no se atreve a hacer. Su paso por la adolescencia hacia la madurez no es a través de la rebeldía, pero no puede evitar miedos sobre ese futuro, sobre la pérdida y su propia mortalidad.
Es mucho mejor comenzar este libro sin saber mucho más, solo estar lista para sumergirte en un relato cuidado y evocador sobre los veranos lejos de la rutina, llenos de momentos especiales, de pelis de terror, pulseras de la amistad y secretos no del todo desvelados. Dos adolescentes que forjan su amistad en unos pocos días, la afianzan cada año en unas pocas semanas, sabiendo que tendrá que ser suficiente para el tiempo que estén separados; sin embargo, el cambio de etapa no es fácil, la universidad pondrá a prueba sus lealtades y enfrentarán una separación inevitable que puede acabar con ellos. Nostalgia, melancolía, primeros amores, veranos despreocupados, romanticismo y hormonas revolucionadas, con el toque justo de conflicto, madurez y drama: ¿se puede pedir más?