Autores: Emily Henry
Género: romántica contemporánea
Editorial: Planeta
Sinopsis:
Poppy y Alex. Alex y Poppy. No tienen nada en común: Ella lleva vestidos estampados; él, pantalones de pinza. Ella es un espíritu aventurero; él prefiere quedarse en casa leyendo. Y, a pesar de todo, son mejores amigos. Durante la mayor parte del año viven separados —ella en Nueva York, él en su pequeño pueblo—, pero cada verano, desde hace ya una década, se toman una semana de vacaciones juntos. Hasta hace dos años, cuando todo cambió.
Ahora Poppy tiene todo lo que siempre había soñado, pero está atrapada en la rutina. Cuando alguien le pregunta cuándo fue feliz por última vez, sabe, sin ninguna duda, que fue en ese último y fatídico viaje con Alex. Por eso decide convencer a su mejor amigo para viajar juntos una vez más. Tienen una semana para arreglarlo todo, ¿qué puede salir mal?
Emily Henry lo vuelve a hacer, hace reír y emociona a partes iguales y con esta fabulosa historia de amigos por puro azar que van consolidando su amistad a lo largo de los años hasta que explota entre ellos un secreto a voces, hace que se convierta en una autora imprescindible. Después de leer hace justo un año La novela del verano, veía venir el drama después de la carcajada, si bien ha sido un poquito más suave, sigues perfectamente todos los altibajos de Poppy y Alex a través de los años hasta llegar al presente y averiguar, por fin, si puede arreglar lo que rompieron hace dos años en Croacia.
Poppy y Alex se conocen en la universidad, en la semana de orientación, pero hablan brevemente unos minutos y no es hasta el final del primer año, cuando comparten un viaje en coche de vuelta a casa, y empiezan a hablar de todo y de nada para llenar los vacíos. Más bien es Poppy quien se lanza y su discurso es tan aleatorio que no puede ser más diferente al serio Alex. Ella salió de su pueblo para estudiar en la universidad, pero sin tener muy claro su camino más allá de ver lugares y conocer personas; él, de carácter mucho más tranquilo, la lectura y la enseñanza parecen ser sus grandes metas. La amistad que forjan les sorprende hasta a ellos, pero lo bien que se sienten el uno con el otro acalla toda la incredulidad que pueda surgir en torno a su relación.
Como sus vidas, tanto en la universidad, como más tarde, siguen caminos muy diferentes, las vacaciones, más concretamente, una semana al año, se convierte en un oasis para ellos. Reservan esos días para descubrir lugares nuevos, primero dentro del país, con un presupuesto realmente bajo y, después, en el extranjero gracias a la revista para la que trabaja Poppy. Su vida también continúa, tienen otros amigos y relaciones, pero continúan manteniendo siempre el contacto durante diez años.
Es Poppy, en primera persona, quien narra toda la novela y vas atisbando que sus sentimientos sufren una ligera evolución con el tiempo; de Alex no tienes confirmación y no sabes qué pasó hace dos años para que dejaran de hablarse, pero la boda del hermano de Alex es la ocasión perfecta para que Poppy retome el contacto y vuelvan a tener unos días para ellos solos. Vuelve a lanzarse y es sorprendentemente fácil cómo vuelven a hablar como si nada, aunque eludiendo el gran tema que desató el caos. Pero dar el paso puede suponer o bien aclarar lo que pasó y alcanzar una nueva fase en su relación, o bien perderlo para siempre.
Poppy y Alex son polos opuesto y amigos, pero, ¿pueden ser algo más? Me ha encantado ir conociendo cómo avanza su vida a través de esas vacaciones, esos saltos en el tiempo del presente a esas vacaciones llenas de experiencias, pero sabiendo que esa burbuja no puede ir más allá porque, realmente, ambos necesitan conocer al otro mucho más. Se plantea también esa infelicidad cuando has alcanzado todo lo que ansiabas en la vida. Poppy se obliga, de alguna manera, a no pensar en ese vacío que siente cuando tiene todo aquello que soñó, solo que no le está reportando la satisfacción que suponía: ¿tiene que ver con ella?, ¿con sus objetivos vitales?, ¿con su modo de vida?, ¿con no reconocer sus verdaderos sentimientos?
Las vacaciones actuales en Palm Spring tienen mucho de desastre, a los pobres les pasa de todo, y donde antes veían risas, anécdotas y oportunidades, ahora puede que vean solo una catástrofe inminente. Sin ninguna duda, te recomiendo 100% esta autora y este auténtico viaje de autodescubrimiento y del desarrollo de una bonita relación de amistad y complicidad que solo quieres que pase de fase porque Poppy y Alex son amor.
Hola! Parece para tener en cuenta! le has dado un puntaje magnifico.
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